MODELOS EN SUS JAULAS DE CRISTAL
LaLa pandemia por coronavirus nos está dejando sin capacidad de asombro. Cada vez son más los «techos de cristal» que se rompen y las realidades que superan la ficción. Son muchas las imágenes o descripciones que nos recuerdan la fotografía de arriba, que no es más que el desfile de alta costura de la Semana de la Moda de París que supuso el estreno de Kim Jones para Fendi, tras la muerte del legendario Karl Lagerfeld. Tras un arranque en el que los diseñadores recurrieron al video para la sesión de ayer, Jones ideó una suerte de laberinto de cristal por el que desfilaban las modelos, que se detenían en unas «jaulas» transparentes, todo muy aséptico, como mandan los cánones contra la pandemia del coronavirus. Pero en la imagen hay un detalle que va más allá de la fría sensación de aislamiento; la modelo Kate Moss, que desfiló junto a su hija Lila Grace Moss, toca el cristal con la mano, quizá en un vano gesto de contacto, tan cálido y humano, como Beatrice, la desdichada hija del doctor Rappaccini, tan hermosa como inalcanzable como luna y tierra.
Mujeres y hombres expuestos en sus vitrinas los hemos visto ya, como en el barrio rojo de Ámsterdam o en los «escaparates vivos» de grandes almacenes, pero sin esta nueva connotación tan futurista o de ciencia ficción con la que los vemos ahora. Nos queda pensar que esto pasará, pese a los obstáculos que van surgiendo, como los problemas con las vacunas que tan cerca nos mostraban el final del túnel. Hasta entonces, iremos agotando nuestro imaginario a base de jarros de fría realidad.