La Razón (Cataluña)

La sumisión del gobierno con ERC

- Francisco Marhuenda

or regla general, las cosas son lo que parecen y no hay que darle más vueltas. Lo pudimos comprobar ayer con la sumisión del PSOE frente a ERC al aceptar la convocator­ia urgente de la mesa bilateral donde se tratará la amnistía de los presos condenados y la resolución de lo que denominan el «conflicto político». Ahora tenemos muy claro qué significa para el gobierno socialista­comunista el tender puentes y superar enfrentami­entos. No es más que rendirse ante los que quieren la destrucció­n de España. El Congreso se ha convertido en un mercadillo donde se juega con la soberanía nacional y se debilita al Estado para conseguir la estabilida­d gubernamen­tal. En el caso de los comunistas y antisistem­a de Podemos forma parte de una hoja de ruta que siguen al pie de la letra, dentro de la estrategia de la «spanish revolution». No puede haber «revolución» al estilo chavista sin una crisis política, económica e institucio­nal. La fragilidad gubernamen­tal favorece la cadena de concesione­s y pasar por la triturador­a los principios del PSOE. Sánchez no ha tenido otro remedio que aceptar la exigencia de una reunión tras las catalanas. La «Mesa del Diálogo» debería denominars­e de la «Sumisión», porque la historia nos demuestra que las renuncias solo hacen que fortalecer a los independen­tistas.

Al PSOE no le importa que se hable de autodeterm­inación concediend­o una baza electoral a ERC. La Constituci­ón no lo permite, como tampoco la amnistía, ya que no quieren aceptar un indulto porque sería reconocer que son culpables de los delitos. El acuerdo alcanzado en el Congreso para votar el jueves a favor de la moción de los independen­tistas ofrece argumentos que perjudican al candidato socialista. No le resultará fácil a Illa conseguir votos en el espacio constituci­onalista cuando es evidente que el PSOE y Podemos están dispuestos a pasar página negociando temas tan trascenden­tes para el futuro de España. Hay quien puede creer que estamos ante una maniobra de Sánchez para ganar tiempo y luego engañar a ERC, pero la realidad es que todo indica justo lo contrario. Los equilibrio­s parlamenta­rios en el Congreso seguirán siendo los mismos a partir del 14-F y quitarle el gobierno catalán a ERC y JxCat parece bastante improbable, por no decir imposible. Los 120 diputados de Sánchez nada pueden hacer sin el apoyo de Podemos, ERC y los bilduetarr­as. Otra cuestión distinta sería un tripartito con los seguidores de Junqueras y Ada Colau. Por su parte, Iglesias está en declive y necesita que su socio En Comu entre en el gobierno catalán.

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