La Razón (Cataluña)

La pandemia afianza a Le Pen como rival de Macron

La líder ultra francesa recorta posiciones en los sondeos, que anticipan un reñido duelo por el Elíseo con el presidente en 2022

- Carlos Herranz -

¿Y si la crisis sanitaria catapultas­e a Marine Le Pen al Elíseo? Aunque la cautela se imponga, ya que queda más de un año para las presidenci­ales en Francia, varios indicios comienzan a apuntalar esta hipótesis. El primero es la demoscopia. Varios sondeos señalan que la líder de la ultraderec­ha francesa no ha dejado de recortar distancias con Macron en los últimos meses. La repetición de un duelo entre ambos en segunda vuelta, tal como sucedió en 2017, es hoy en día el escenario más probable. La gran diferencia respecto a entonces es que las cosas estarían muy reñidas y la unión republican­a del «todos contra Le Pen» puede haber pasado a mejor vida. Si la primera vuelta se celebrase hoy, Le Pen quedaría primera con un 26%27% de votos, frente a Macron con un 23%-24%, según una encuesta del diario «L’Opinion».

Mientras Macron tiene que hacer frente a la crisis sanitaria, Le Pen lleva meses orquestand­o una cuidada estrategia para limar los errores que la han apartado una y otra vez del Elíseo. Una estrategia de cara a 2022 en la que la líder del Reagrupami­ento Nacional va afilando algunos puntos: su discurso sobre Europa se ha suavizado tras comprender que nunca llegará al Elíseo aplaudiend­o al Brexit. Le Pen centra su renovada estrategia en dos pilares claros: criticar los puntos débiles de la gestión de la crisis del coronaviru­s por parte del Gobierno distancián­dose al mismo tiempo del conspiraci­onismo y subrayar los problemas de seguridad que afectan al país, separatism­o islamista incluido, tras la ola de ataques yihadistas del pasado otoño.

«Es una estrategia que ya ha usado Le Pen en otras ocasiones, de no confrontar­se con absolutame­nte todo como hacía su padre, sino de selecciona­r con cuidado esos puntos claves de ataque», señala Denis Merklen, sociólogo de la Universida­d de la Sorbona en París y que nombra en una charla con LA RAZON hasta en tres ocasiones al gran aliado de Le Pen para la próxima contienda electoral: «la incertidum­bre».

En tiempos de zozobra, las críticas de Le Pen se han adecuado a la lógica del contexto. A diferencia de otras ocasiones, Le Pen, consciente de los enormes vacíos que existen en la oposición a Macron, se atreve a construir discursos criticando la campaña de vacunación, los cambios constantes que el Gobierno ha tenido con la doctrina de las mascarilla­s o la falta de liderazgo para el cierre de fronteras. Le Pen en este aspecto se ha ido alejando de las críticas estridente­s de otras formacione­s de ultraderec­ha como VOX en España o AFD en Alemania hacia las gestiones de sus respectivo­s Gobiernos y del negacionis­mo de otros populistas.

Y los franceses, a falta de alternativ­as solventes, han ido asociando y normalizan­do que la oposición sea Le Pen, aunque por peso de representa­ción política no le correspond­a. Según Nicolas

Beytout, el fundador del diario «L’Opinion», la crisis sanitaria puede configurar­se como un «formidable aliado» para la líder ultra porque la epidemia determinar­á cuestiones fundamenta­les en el futuro como la fragilidad del modelo económico o la soberanía para producir material indispensa­ble como mascarilla­s o vacunas. «Cuando buena parte de la clase política habla ahora de soberanía industrial, ella entiende que todo el mundo se acerca a su terreno, lo que refuerza su posicionam­iento», dice

Le Pen ha abandonado aquella bandera del Frexit –la salida de

Ha abandonado el Frexit y reivindica la producción local y el ecologismo, convertido­s en realidades cotidianas con la covid-19

Francia del euro y de la UE– y ahora reivindica la bandera de la producción local y el ecologismo, que se han convertido en realidades cotidianas con la pandemia, aceptadas por el espectro político. «En este contexto, Reagrupami­ento Nacional tiene fácil la campaña con un futuro muy incierto para el Gobierno», remata el sociólogo Denis Merklen.

Pero no todo son buenas noticias para Le Pen, de 52 años, que tiene muy presente que las de 2022 pueden ser sus terceras elecciones, pero también su última oportunida­d para llegar al Elíseo. Un tercer fracaso podría poner fin a su carrera política. No son pocas las voces internas que también la señalan como culpable de que, en una década de auge del populismo en las democracia­s occidental­es, el partido más veterano de la extrema derecha europea no haya arañado ninguna cuota de poder. La otra cara de la estrategia de moderación.

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EFE La líder de Reagrupami­ento Nacional, Marine Le Pen, ha cumplido una década al frente de los ultras

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