CEBOLLAS A LA DEMOCRACIA
HaHa vuelto a ocurrir. Otra vez un acto electoral de Vox en Cataluña termina con paraguas y bajo la lluvia, pero de piedras, huevos, frutas y hortalizas. La cebolla es escarcha, cerrada y pobre, que cantaba el poeta, pero ayer fue munición contra la libertad de expresión y reunión, piedras angulares de una democracia que se precie de serlo plenamente. La imagen de arriba da cuennicionada ta de ello. Santiago Abascal, líder del partido verde, acudió ayer a Gerona, concretamente a la ciudad de Salt, para participar en un acto de campaña, pero, con la pasividad que ya caracteriza a las «fuerzas del orden» catalanas, el acto fue interrumpido por la fuerza de la «libertad de expresión» de la que hacen gala los nacionalistas e independentistas catalanes, algo que como decimos no es nuevo, pues es tristemente habitual que los partidos constitucionalistas, PP, Cs y Vox sufran este tipo de ataques. Abascal, conuna cebolla muen muen la mano, reclamaba en vano la protección debida, que no se hacía efectiva, aunque más llamativos fueron los vídeos que corrieron por las redes sociales en los que se veía a dos furgonetas de Vox perseguidas por una horda de «demócratas indepes» por la calles de Vic. Es cierto, que en el «juego democrático», los partidos tienen que ganarse «un hueco», pero siempre bajo las mismas reglas. La violencia se está haciendo cada vez más presente en Cataluña; quizá la participación de Otegui en la campaña electoral no sea cosa casual y la «kale borroka» y la intimidación al más puro estilo fascista haya llegado para quedarse en las calles del, en otro tiempo, moderno y tolerante Principado.