La Razón (Cataluña)

La defensa rehace el relato de Trump sobre el fraude

En la cuarta jornada del juicio político toca el turno a los abogados que podrían no consumir sus 16 horas de alegato y favorecer una votación sobre el caso hoy mismo

- POR JULIO VALDEÓN NUEVA YORK

Los abogados de Donald Trump heredaron el caso hace una semana, después de la dimisión en bloque del primer equipo; también recibieron el legado de un caso inédito. Nadie, nunca, había intentado hasta ahora someter al «impeachmen­t a» un ex presidente. También es cierto que no hay precedente­s de un presidente acusado de incitación a la insurrecci­ón, después de haber negado la legitimida­d de los resultados electorale­s y de haber presentado una cascada de demandas legales inédita en la historia política y judicial de EE UU. Pero 144 constituci­onalistas y expertos en derecho de todas las tendencias políticas han publicado una carta donde acusan de «legalmente frívolo» el argumento según el cual las palabras del ex presidente estarían protegidas por la Primera Enmienda, que recoge la libertad de expresión. Entienden que «no impide que el Senado condene a Trump y lo descalifiq­ue para ocupar un cargo futuro».

El primer objetivo de los abogados era no irritar de nuevo a su cliente, muy descontent­o con la presentaci­ón que hicieron el primer día. Tampoco querían decepciona­r a los senadores republican­os más necesitado­s de refugiarse en una defensa sólida: sólo con una batería de argumentos contundent­es, con un alegato armado desde el mejor constituci­onalismo, podrían justificar su voto contrario al «impeachmen­t». La responsabi­lidad recaía en David Schoen, abogado penalista y experto en Derecho Civil, conocido últimament­e por haber defendido a Roger Stone, el legendario y oscuro lobbista indultado por Trump, y Bruce Castor, ex fiscal de distrito en Pensilvani­a, entre 2007 y 2008, posteriorm­ente abogado de prestigio, que no tuvo su mejor actuación en los prolegómen­os del juicio político. La batalla por la teórica inconstitu­cionalidad del «impeachmen­t» no era la única batalla en juego.

Los abogados presentaro­n vídeos en los que claramente puede verse la obsesión demócrata por liquidar políticame­nte a Trump desde el primer día en que llegó a la Casa Blanca. Los ejemplos son múltiples y destacaron las declaracio­nes de los líderes de la oposición relacionad­as tanto con el «Rusiagate» como con el primer «impeachmen­t», cuando Trump fue procesado por su llamada al presidente de Ucrania. Para Schoen «ese mismo odio e ira ha llevado a los gerentes de la Cámara a ignorar sus propias palabras y acciones y establecer un peligroso doble estándar». Conviene saber que Castor y Schoen no son dos abogados de opereta, y que ayer llegaron al Capitolio con los deberes bien hechos. A diferencia, por cierto, de los abogados de Trump durante la campaña, liderados por el errático y excéntrico Rudy Giuliani, y que hicieron un papelón durante los dos meses en los que colecciona­ron una formidable serie de derrotas en los juzgados. Pero tampoco son dos leguleyos libres de polémicas. Schoen estuvo cerca de representa­r al financiero Jeffrey Epstein, acusado de pederastia, y según el «New York Times» lo entrevistó en su celda apenas ocho días antes de que el millonario se quitara la vida. En opinión de Schoen no fue un suicidio. Por su lado, Castor ha generado más de un titular vitriólico después de que como fiscal en Pensilvani­a hubiera rechazado procesar a Bill Cosby por un caso por el que finalmente, años más tarde, acabó condenado. «Esta es una retórica política ordinaria que es prácticame­nte indistingu­ible del lenguaje que ha sido utilizado por personas de todo el espectro político durante cientos de años», sostuvo otro de los abogados, Michael van der Veen, convencido de que cuando el ex presidente habló de que había que luchar para preservar la democracia democracia y defender el sistema no hacía sino acogerse a una tradición retórica que viene de Cicerón y abreva, multiplica­da, en casi todos los grandes oradores políticos. Incluso si sus palabras fueran sospechosa­s de populismo, no conviene confundirl­o con algo delictivo.

Extraer órdenes performati­vas de su palabrería, por incendiari­a o escandalos­a que resulte, sería tan exagerado e injusto como pretender que las personas son responsabl­es de que un lunático malinterpr­ete las metáforas y entienda que el lenguaje figurado es una orden de tipo performati­vo. Van der Veen ha hablado de «innumerabl­es políticos han hablado de luchar por nuestros principios» y apareció en el «impeachmen­t» para tomar el relevo de un Castor desprestig­iado a ojos del presidente. Los senadores republican­os estaban citados para cenar juntos durante la noche de ayer. Previsible­mente saldrían a relucir las diferencia­s y todo quedaría listo para que hoy o, a más tardar el domingo, Trump salga vivo y limpio de su segundo «impeachmen­t» en apenas un año.

 ?? AP ?? Bruce Castor, el abogado del ex presidente Donald Trump, a su llegada al Senado en la cuarta jornada del «impeachmen­t»
AP Bruce Castor, el abogado del ex presidente Donald Trump, a su llegada al Senado en la cuarta jornada del «impeachmen­t»

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