En el Baskonia de Ivanovic no falla nadie
El carácter que le sobra al Baskonia le falta al Joventut. La Penya es un equipo talentoso, pero carente del colmillo de los vitorianos. Y eso en la Copa es un hándicap mayúsculo para llegar lejos. El campeón de Liga está en semifinales después de manejar los cuartos con autoridad. Mandó de principio a fin. Nunca lo hizo con diferencias excesivas hasta el último cuarto, pero tampoco los verdinegros llegaron a ser una amenaza inquietante. La jugada con la que concluyó el primer cuarto refleja la personalidad de ambos equipos. Balón a Henry. El base recorre la pista entera y termina con un rotundo mate por encima de Brodziansky. Un póster perfecto. El Baskonia se fue once arriba en el primer parón y ésa fue la diferencia en torno a la que manejó sin agobios el partido.
Dusko Ivanovic parece vivir en un cabreo permanente. Es su forma de dirigir y le ha ido muy bien.
Que se lo digan a Querejeta. En Vitoria cuentan que en esta nueva etapa se ha dulcificado, pero las miradas, los gestos, los cambios inmediatos tras un error o un despiste, lo del cansancio no existe, lo del sufrimiento como placer... Pura escuela plavi. Ha conseguido que sus jugadores le sigan a ciegas, aunque alguno, como Peters, no pueda disimular sus mosqueos en el banquillo de vez en cuando.
La columna vertebral de los vascos la forman Henry, Giedraitis y Polonara y los tres estuvieron a buen nivel ante el Joventut. El estadounidense (16 puntos, 8 asistencias y 3 rebotes) vivió una tarde apacible ante los bases de la Penya. El alero lituano (19 puntos) anotó cuando el partido por un instante pareció apretarse (7165 en el tercer cuarto) y el italiano (19 puntos, 6 rebotes, 3 asistencias y 3 tapones) no encontró obstáculos en ambos lados de la pista. Fue cómodo para un Baskonia huérfano de charangas, aunque Ivanovic no se permitiera un segundo de tregua. Hoy no habrá kalejira, pero sí semifinal.