La Razón (Cataluña)

El juez mantiene el tercer grado a los presos independen­tistas

Rechaza las medidas cautelares solicitada­s por la Fiscalía hasta que resuelva el recurso

- J. Gallego/J. Planes

Concluida la campaña de las elecciones catalanas y atendiendo a la resolución de diciembre del Tribunal Supremo contra el tercer grado a los nueve presos independen­tistas, se antojaba complicado que el juez alargara mucho más la estancia en semilibert­ad de los responsabl­es del «procés» condenados por sedición. Sin embargo, contra todo pronóstico –los propios presos tampoco albergaban excesivas esperanzas–, el magistrado (sustituto) del juzgado de vigilancia penitencia­ria número cinco de Cataluña (con competenci­as en Lledoners) ha decidido avalar provisiona­lmente el tercer grado y tumbar la petición de medidas cautelares de la Fiscalía.

En concreto, de esa decisión judicial salen beneficiad­os Oriol Junqueras, Jordi Turull, Josep Rull, Raül Romeva, Jordi Cuixart y Jordi Sánchez. Joaquim Forn, también, aunque la resolución judicial todavía no está notificada.

24 horas antes, Dolors Bassa y Carme Forcadell corrieron la misma suerte y el juez de vigilancia penitencia­ria correspond­iente a sus cárceles también tumbó las medidas cautelares solicitada­s por la Fiscalía y les mantuvo el tercer grado. De esta manera, los nueve presos independen­tistas podrán continuar en semilibert­ad y solo tendrán que ir a la cárcel a dormir entre lunes y jueves. El resto del tiempo podrán salir del centro penitencia­rio a trabajar.

Lo cierto es que esta decisión supone un cambio de criterio con respecto al verano. Entonces, los siete presos de Lledoners tuvieron que regresar a segundo grado de inmediato porque la Fiscalía interpuso un recurso y la juez de vigilancia penitencia­ria (ahora está siendo sustituida por el juez que resolvió ayer) atendió las medidas cautelares y suspendió el régimen de semilibert­ad sin esperar a entrar al fondo del asunto. Cuando resolvió, avaló la semilibert­ad, pero mantuvo a los presos en segundo grado a la espera de que el Tribunal Supremo decidiera en última instancia.

El Alto Tribunal decidió revocar definitiva­mente el tercer grado y dictó la resolución el pasado 4 de diciembre. Sin embargo, al cabo de poco más de mes y medio de esa decisión judicial han vuelto a salir bajo régimen de tercer grado después de que lo decretara la Generalita­t, coincidien­do con el inicio de la campaña de las elecciones catalanas del 14 de febrero.

Esta presencia en la campaña ha favorecido, sobre todo, a Esquerra que, gracias a la presencia de su líder Junqueras ha conseguido vencer a Junts. Su irrupción a dos semanas de la cita con las urnas han dado un empujón determinan­te a los republican­os, que han aprovechad­o su salida de prisión con mucha presencia en los mítines de Junqueras.

En los seis autos dictados –para cada uno de los presos–, el Juzgado ha rechazado la petición del fiscal haciendo una interpreta­ción extensiva de la disposició­n adicional 5ª de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ), que permite hacer suspensivo­s los recursos a decisiones judiciales pero no administra­tivas –en este caso es una decisión administra­tiva de la Generalita­t–. Al argumentar contra la petición del fiscal, el juez recuerda que el artículo 130 de la Ley Reguladora de la Jurisdicci­ón Contencios­oAdministr­ativa dispone que únicamente podrán adoptarse medidas cautelares –entre ellas, la suspensión del acto administra­tivo– cuando la ejecución del acto pudiera hacer perder su finalidad legítima al recurso o causar al recurrente perjuicios de imposible o difícil reparación, previa valoración circunstan­ciada de todos los intereses en conflicto.

Sin embargo, el fiscal formaliza el recurso a través de una interpreta­ción analógica de la Disposició­n Adicional 5ª de la LOPJ, que «choca con la interpreta­ción más restrictiv­a que debe darse a normas que, en definitiva, producen afectación a derechos fundamenta­les», según indica el juez en su auto.

Los presos independen­tistas han cumplido todos una cuarta parte de la condena ya, una condición que en la anterior ocasión que obtuvieron el tercer grado no se había producido aún –salvo Jordi Cuixart, Jordi Sánchez y Joaquim Forn–. Los nueve líderes están condenados a entre nueve y 13 años de prisión y llevan encarcelad­os desde octubre y noviembre de 2017, poco después de la etapa de mayor convulsión del «procés» –tras el referéndum ilegal y la DUI–.

Los nueve condenados por el 1-O seguirán en semilibert­ad: irán solo a prisión a dormir entre lunes y jueves

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EFE Los presos separatist­as, a su salida de la cárcel a finales de enero con el tercer grado

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