Marte se hace museo
El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona evoca desde hoy y hasta el 11 de julio en la exposición la fascinación que ha sentido el hombre por ese planeta
Marte ha fascinado siempre como ese planeta rojo que queremos alcanzar tras conquistar la luna en 1969. Desde la ciencia y las seudo ciencias se ha hablado de Marte, pero es ahora, gracias a la llegada del Perseverance que empezamos a saber más. En todo esto también puede ayudar mucho la muy completa exposición que abre ahora sus puertas en el CCCB.
Con más de 400 objetos, entre incunables, esculturas, dibujos, fotos, cómics, películas, manuscritos, piezas de coleccionista e incluso un meteorito marciano (LSAR Ghilane 002), la exposición es una apuesta exhaustiva por dar a conocer la creación artística, literaria y científica a propósito de Marte.
La directora del centro, Judit Carrera, señaló ayer durante la presentación que «no se trata de una exposición sobre la colonización del espacio, sino sobre la imaginación, sobre si es posible regenerar la vida en contextos hostiles», y ha añadido que «las numerosas expediciones científicas que se llevarán a cabo en los próximos meses a Marte constatan el interés renovado por el planeta rojo». El comisario de la muestra, Juan Insua, subrayó que «tampoco es una muestra científica, sino un proyecto que explora la intersección entre las ciencias y las humanidades».
En el inicio de la exposición, concebido como un viaje al cosmos antiguo, se habla de Marte desde el mito y la religión con dioses como el romano, el Ares griego, el Nergal mesopotámico, Harmakis en el Egipto faraónico, Mangala en la mitología hindú o Guan Yu en la tradición china. En el año 2000 a. C. se fijan los primeros registros de la observación de Marte, pero la primera visión del planeta rojo a través de telescopio no se producirá hasta 1610, con Galileo.
En este primer ámbito se pueden contemplar algunas representaciones mitológicas de Marte como el «Mars Balearicus» (400 a. C., procedente de Mallorca) o un incunable de la ciencia astronómica antigua como «Almagesto», de Claudio Ptolomeo.
Después de la mitología, el visitante se adentra en el terreno de la literatura, en paralelo a las diferentes etapas de la ciencia ficción, desde H.G. Wells, que inaugura la fascinación por el planeta rojo, hasta las obras de Ray Bradbury y Kin Stanley Robinson e incluso de Herbert von Braun. Esta sección pone el acento en los vasos comunicantes entre ciencia y ficción, ciencia y literatura, ciencia y cultura popular, con ejemplos relevantes como «Trip to Mars», producida por el inventor Thomas Edison, considerada la primera película norteamericana de ciencia ficción; o la colección de revistas «pulp» del artista estadounidense Norman Saunders.
En la tercera y última parte de la exposición, titulada «Marte en el Antropoceno», se aborda la crisis climática, la interdependencia entre Tierra y Marte y lanza el mensaje, señala Insua, de que «Marte nos enseña que hubo vida en ese planeta, luego extinción y ahora se plantea la posibilidad de un planeta B al que mudarnos, mudarnos, cuando los paisajes de la Tierra son cada vez más marcianos, y los marcianos más terrícolas, pues allí también hemos llevado los plásticos». Juan Insua va más allá con el mensaje que la exposición quiere transmitir tratando de responder a la pregunta de qué es lo que no ha entendido la humanidad. «No hemos entendido –dijo– que la Tierra está rebosante de inteligencias no humanas, y con Marte tal vez tenemos una oportunidad de una nueva conciencia planetaria, del triunfo de la paz y de que no estamos solos en el universo, no somos únicos, como ya recordaba Carl Sagan, si así fuera, sería un desperdicio de espacio».
Marte impregnará asimismo la programación del CCCB, como el festival Kosmópolis, y en el marco de «Marte. El espejo rojo» se estrenará en Barcelona la última película de Werner Herzog, «Fireball».
A modo de epílogo, el meteorito KG 002, único entre el centenar de meteoritos marcianos que se conservan en la Tierra por pertenecer a un estrato más profundo de Marte, es la puerta, a juicio de Insua- a que «Marte tiene aún muchas historias que contarnos, estamos al comienzo del viaje».
La exposición cuenta con unas 400 piezas entre incunables o representaciones mitológicas El festival Kosmópolis también abordará el tema y se estrenará el nuevo documental del cineasta Werner Herzog