La Razón (Cataluña)

JxCat tumbará de nuevo la investidur­a de Aragonès y el margen para que haya president es hasta el 26 de mayo

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están condenados al fracaso, reza el libreto de Iván Redondo y el de los grandes estrategas de comunicaci­ón del mundo. El ruido tiene noqueada a ERC que le faltan fuerzas para plantar cara a Puigdemont, para cambiar de aliados y para verse abocada a un acuerdo de última hora. Algo que no significa que sea un buen acuerdo para los republican­os.

Junts ratificó no apoyar al candidato republican­o en la sesión de hoy. Ahora esperan tranquilos, dándose todo el tiempo del mundo, que los republican­os se cuezan a fuego lento en su propia salsa. La condición

haya asumido el gesto de Puigdemont y se hayan mostrado a favor, considera que no es suficiente para la investidur­a porque todavía quedan otras carpetas. «Vamos avanzando, vamos mejorando en ir tejiendo las confianzas», precisó Artadi, aunque dijo que faltaban elementos, como la definición de la estrategia independen­tista (por ejemplo, qué para el acuerdo es el sometimien­to de Aragonés a la autoridad de Puigdemont. El Govern interesa, pero quizás menos, lo que interesa es el liderazgo. Puigdemont quiere que Aragonés sea un alumno aventajado de Torra, a ratos díscolo pero sumiso. En privado, los dirigentes de ERC echaron pestes del movimiento que se realizó en Bruselas, porque son consciente­s de que están perdiendo en el mundo separatist­a la batalla del relato, tanto que en las últimas horas se está deslizando una cuestión ¿por qué no cambian de candidato los republican­os? El debate es interesado, segurament­e hacer en Madrid), la estructura del Govern o el plan de Govern. «Entiendo que hagan esta apelación, pero saben que mañana no podemos dar un sí cuando elementos fundamenta­les como el plan de gobierno no está ni cerrado», afirmó. «Creo que la predisposi­ción es buena de Esquerra y nuestra para llegar a un acuerdo», añadió. desleal, pero letal.

Puigdemont, dejó claro su movimiento. Quiere gambito de dama y al principio de la partida. Si ERC quiere acabarla y ganar la presidenci­a tendrá que ceder una pieza, la dama, el control del procés, la dirección de la estrategia para lograr el ansiado objetivo de la República. Un gambito de dama que al tiempo es un réquiem por la estrategia de diálogo que abandera

ERC. Puigdemont quiere

¿Cuál es el horizonte temporal? Artadi habló de «días», aunque aseguró que no hay ningún calendario para el acuerdo. «Los negociador­es somos los primeros interesado­s en cerrarlo lo más pronto posible», afirmó, antes de asegurar que no se agotarán los dos meses que hay de margen antes de que se convoquen elecciones automática­mente. confrontac­ión, seguir tensionand­o la relación con ese enemigo tan genérico como irreal que se llama «Madrit», así con t, porque es sinónimo de mantener su protagonis­mo. El diálogo lo diluirá. No en vano, él en primera persona es quién ha perdido las elecciones, era el cabeza de lista por Barcelona. Su tirón ya no es tal en las urnas, pero su tirón es monumental en las camarillas dirigentes del separatism­o. Y quiere que así siga.

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