Ayuso sitúa la bajada de impuestos como eje de su programa el 4-M
«Convoqué elecciones para evitar el desastre económico que supone el programa de la izquierda», aseguró ante los empresarios
«Menos impuestos, menos burocracia, más inversión». La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, resumió ayer así la filosofía del programa económico con el que se presentará a las elecciones del 4 de mayo. El detalle de las propuestas se hará público en las próximas semanas, pero este lunes quiso ante los empresarios de la región, en la sede de CEIM, dejar claro qué rumbo marcará desde Sol los próximos dos años si obtiene el respaldo de las urnas. Frente al bloque de izquierdas (PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos), tiene claro que el tema fiscal debe convertirse en un eje esencial de su campaña. Por ello, avanzó que mantiene el «compromiso de rebajar medio punto del IRPF en todos los tramos». Es ésta su propuesta estrella. No en vano, supondrá, de llevarse a efecto finalmente, la mayor bajada de impuestos de la historia en la región. «Convoqué elecciones para evitar el desastre económico y fiscal que supone el programa de la izquierda y la ultraizquierda», destacó. Además de ello, planteó cuatro retos fundamentales.
Equilibrio economía-salud
La segunda y la tercera ola han demostrado que la capacidad sanitaria no se ha visto desbordada. En este escenario, mientras Madrid ha creado empleo y crecimiento económico, el INE ha señalado que el PIB nacional se ha estancado en el cuarto trimestre de 2020 y ha caído un 10,8% en el conjunto del año. En Madrid, creció un 4,4% en el último trimestre. «Sí creo que debemos valorar estas cifras porque otras regiones con un peso similar han registrado una mala situación económica sin una mejora de la situación epidemiológica», destacó la presidenta. También puso en valor los datos del paro: «Desde septiembre, hemos creado 44.000 puestos de empleo y 38.000 personas han salido de un ERTE». La otra cara de la moneda es lo sucedido en el conjunto del país: en ese mismo periodo en España se perdió empleo. «Hay cosas que no se han hecho bien: es un error restringir la actividad económica y la movilidad territorial sin informes. Estamos penalizando con el BOE al tejido empresarial», lamentó la candidata popular en referencia a las recomendaciones del Gobierno de Sánchez y a la gestión de otras comunidades.
Eliminación de trabas
La presidenta destacó que, durante su mandato, «hemos sustituido licencias por declaraciones responsables». Con la nueva ley del suelo, Madrid se verá equiparada con otras regiones y se implentará una línea contra la hiperregulación administrativa. «Eliminar el exceso de regulación» es un objetivo que siempre ha enarbolado Ayuso y que ayer, ante los empresarios, reiteró. En este contexto, destacó lo que supone la Ley de Mercado Abierto, que va a permitir que un empresario en cualquier región del país pueda operar en Madrid sin necesidad de un permiso adicional, lo que generará 4.000 millones anuales y 50.000 puestos de trabajo.
Una de las ventajas del estado de las autonomías es que permite experimentar en distintos territorios con diferentes modelos de política económica. Y, en los últimos 20 años, uno de los modelos que se han puesto a prueba ha sido el aplicado por la Comunidad de Madrid desde los tiempos de Esperanza Aguirre: impuestos más bajos que en el resto del país, mayor flexibilidad regulatoria y un modelo de Estado de Bienestar basado en la mayor libertad de elección de los ciudadanos (tanto entre los distintos centros públicos como entre los público y privados). Gracias en parte a este modelo económico propio, la Comunidad de Madrid ha crecido en las últimas dos décadas por encima de la media nacional y, también, por encima de otras comunidades ricas como Cataluña: de este modo, Madrid es ahora mismo la región con mayor renta per cápita de todo el país (en 2019, antes de la pandemia y últimos datos comparables disponibles, equivalía al 136% de la renta media de España, frente al 129% del País Vasco o al 118% de Cataluña). ¿En qué consiste exactamente este modelo económico propio? Primero, en mantener la escala del IRPF más baja del país; segundo, en bonificar al 100% el Impuesto sobre el
Patrimonio; tercero, en incluir bonificaciones del 99% para los familiares directos; cuarto, en facilitar la libertad de elección de centro médico y de centro docente; y quinto, en normativas amigables para las empresas como la libertad de horarios comerciales. No constituye ninguna sorpresa que la izquierda, tanto la nacional como la autonómica, lleve años tratando de enterrar y de revertir este modelo facilitador de la actividad privada puesto que, en cierto modo, pone de manifiesto las carencias de la alternativa que ella misma propone: a saber, impuestos más altos que ahoguen al ahorrador y al inversor, regulaciones más agresivas que asfixien al empresarios y menor autonomía en la elección de servicios públicos que maniaten al ciudadano. Frente al reaccionarismo antiliberal de la izquierda, los gobiernos de la Comunidad de Madrid posteriores a Aguirre, tanto los de los malogrados González y Cifuentes como el de
Ayuso, se han limitado a preservar este modelo económico legado en su momento por Aguirre, pero ninguno de ellos ha dado desde entonces un paso decisivo para renovarlo y mejorarlo. En cierto modo, el impulso liberalizador en Madrid lleva casi una década en punto muerto, de modo que resulta urgente proceder a actualizarlo. El programa económico presentado por Ayuso busca, en apariencia, ahondar en eso planteamientos liberalizadores durante los próximos dos años: reducir en medio punto todos los tramos del IRPF, aprobar la Ley de Mercado Abierto (con el objetivo de que cualquier empresa española pueda operar en Madrid sin necesidad de permisos adicionales) y desregular ámbitos como el urbanístico (para facilitar la construcción de nuevas viviendas que abarate el precio de acceder a un inmueble). Todas ellas son medidas positivas que redundarán en una mayor libertad y prosperidad de los madrileños pero que se quedan cortas: por un lado, la Comunidad debe proceder a liberalizar todos los ámbitos industriales y comerciales que caigan bajo su competencia (la liberalización no puede quedar circunscrita, y sólo en parte, a la construcción, sino que debe extenderse al conjunto de la economía); por otro, hay que dar pasos mucho más decididos a la hora de incrementar la libertad de elección de los ciudadanos sobre los servicios públicos (por ejemplo, cheque escolar, chequesanitariooregulaciónelhomeschooling). Si Ayuso quiere representar las ideas de la libertad frente al «socialismo», tendrá que demostrarlo con hechos palpables.
Digitalización y transformación
Recordó la aprobación de 1.000 millones de inversión en proyectos como el puesto de trabajo digital, Oficina 360 o la Factoría Digital, que es un laboratorio que canaliza ideas y que ha recibido propuestas para unirse de más de 200 empresas. Además, existe un plan de digitalización de las pymes que concentrará más de 166 millones de euros de inversión. Y es que, según afirmó la presidenta, «no vivimos sólo del turismo». Puso en valor el sector tecnológico, el sector financiero, y el de servicios de apoyo a la empresa. También el que representan industrias punteras del mundo con presencia en Madrid: el sector aeronáutico, el de Defensa, y el automovilístico, que ya supone el 2% del PIB, con 10 centros industriales de primeras marcas y el 60% de fabricación de vehículos en España.
A ello se suma la transformación que representará Madrid Nuevo Norte y otros 200 proyectos más que «hemos presentado al Gobierno para optar a 22.000 millones de los fondos Next Generation». Madrid, recordó su presidenta, es la región mejor digitalizada de España, con datos que superan a potencias como Estados Unidos y Japón, con todos los pueblos con fibra y con el 100% de la población con acceso a la tecnología 4G. El compromiso de Ayuso en este terreno pasa por llegar llegar «al 2% del PIB en inversión y desarrollo».
Ayuda a las empresas y a los creadores de empleo
Ayuso aseguró que muchos empresarios y comerciantes agradecen a la Comunidad de Madrid «permitirles trabajar», frente al cerrojazo impuesto en otras comunidades. Además de esto, la presidenta destacó la activación de un paquete de ayudas de 300 millones y un plan de compensaciones a los sectores excluidos por el Gobierno de Sánchez. «Los mismos que abogan por cierres indiscriminados y políticas liberticidas frente al virus, obvian el peso de la hostelería y el comercio en Madrid, que representa más de 51.000 millones de PIB, el mismo que Asturias, Cantabria y La Rioja juntas», subrayó.