«Hay personas que, hartos de lo digital, lo hacen a mano»
IGNASI AGUIRRE
El experto explica que «el concepto actual de grabado estaría más enfocado hacia el tema del arte», además de otras técnicas
también ha ido evolucionando y cogiendo cosas de las nuevas tecnologías y adaptándose también al cuidado del medio ambiente. Por ejemplo, antiguamente se usaban ácidos como el nítrico o el colídrico, pero ahora se han ido sustituyendo por unos mordientes salinos que, no es que sean la pancea ni que reduzcan totalmente la toxicidad, pero sí que ayudan a que el impacto medioambiental sea mucho menor.
También está la vertiente más tecnológica, en la que para hacer el grabado se puede hacer el dibujo a nivel tecnológico y luego se pasa a una plancha de polímero y se revela exponiéndolo a la luz, de manera que ya no entra en juego ningún tipo de mordiente ni ácido. Puedes jugar con soportes digitales para crear tu obra, aunque el soporte final es siempre el papel.
–¿Qué herramientas se requieren para el grabado ?
- Principalmente, para hacer las matrices normalmente se utilizan herramientas como la punta seca si hablamos de metal, un buril si hablamos de madera o una gubia si hablamos de lineoleo. Esto es para hacer la matriz, pero después, dependiendo de la técnica que queramos hacer, usaremos otros materiales, como el azúcar para la aguatinta. Dentro del proceso, lo que sería importante es una fuente de presión, como es el tórculo, una impresora manual; en definitiva, una máquina que pueda hacer suficiente presión como para poder estampar la matriz en un papel y que quede bien.Son unas herramientas que a priori no todo el mundo tiene a su alcance, pero que se pueden adquirir con facilidad y a bajo coste.
-¿Es una técnica al alcance de cualquiera o se requieren unas habilidades especiales? ¿Se enseña en las academias de artes y carreras de bellas artes o es una aprendizaje más especializado o que se pasa de padres a hijos?
-Todo el mundo puede hacerlo, otra cosa es que después vayas desarrollando tu habilidad para llegar a ser un gran profesional. De hecho, nosotros hacemos cursos de iniciación a los que viene gente que en su vida ha hecho nada de esto. Cualquiera con ganas de aprender lo puede hacer. Por otro lado, esta técnica sí que se enseña en la carrera y en las escuelas, pero es como algo más residual; suele ser como optativa o bien se le dedica pocas horas. Por lo que a mí respecta, sí que es algo que viene de padre a hijo. Yo en realidad estudié audiovisuales, aunque desde los quince años echaba una mano a mi padre en el estudio. Después de acabar la carrera, con la crisis del 2008, empecé a trabajar aquí y mi padre me enseñó el oficio. Ahora me puedo ganar la vida con esto, a pesar de la pandemia, cuando estamos pudiendo capear el temporal porque nosotros trabajamos tanto con artistas nacionales como internacionales y, aunque durante este tiempo no hemos podido recibir artistas, gracias al contacto que hemos tenido anteriormente, nos han ido haciendo sus pedidos. Además, hacemos cursos. De hecho ahora hemos empezado con escuelas de bachillerato artístico, que han venido a hacer cursillos para iniciarse en el mundo del grabado.
- A día de hoy, ¿cuánto tiene de tradición y cuánto de modernidad?
-Hoy en día parece que las cosas antiguas se ponen de moda. Ahora, lo vintage es como algo moderno. Entonces, por un lado, está esa gente más clásica que le gusta esto desde siempre y, por el otro, hay personas que lo descubren ahora y puede acabar siendo para ellos una disciplina que les guste, quizá un poco por el hartazgo de todo lo digital, que hace que valoren el hacer algo a mano.
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«PERFORMANCE Y ARTE CONTEMPORÁNEO»