¿Cómo será la movilidad en las ciudades?
man que en un futuro la misma vía podrá generar música para alertar a los conductores sobre un peligro: «En Japón ya hay una treintena de carreteras musicales. También las hay en Corea del Sur, donde estas carreteras musicales advierten a los conductores, generando acordes de una canción popular. En Nuevo México, en la histórica Ruta 66 entre Albuquerque y Tijeras, los conductores pueden escuchar la canción America the Beautiful al alcanzar los 72,4 km/h)».
Otro de los avances tiene que ver con el vehículo eléctrico. Fue en 2014 cuando se empezó a hablar de la posibilidad de que fuera el asfalto el encargado de llenar las baterías de estos coches. «Ese mismo año se instalaban en Holanda 70 metros de SolaRoad. Francia también quiso probar la tecnología de carga dinámica de vehículos. La carretera, de 2,8 kilómetros, estaba vestida de paneles solares y contaba bajo su superficie con una red de cables helicoidales. Al estilo de la carga inducida de los móviles, en Normandía querían cargar el coche mientras circulaba», explican desde Ferrovial, una de las empresas implicada en proyectosdecarreteras conectadas.
«Las carreteras de carga son también una realidad en países como Corea del Sur, Suecia o Reino Unido. Además de analizar las fuentes de energía renovable existentes y consolidadas, como la solar fotovoltaica, la eólica y la geotérmica, también se han estudiado sistemas innovadores. Entre ellos, el que más expectativas ha levantado es el Vortex, consistente en un poste que oscila con el viento y genera electricidad gracias a un juego de imanes. Desde hace una década se investiga también la instalación de cristales piezoeléctricos bajo el asfalto, cuya deformación –producida por el paso de los vehículos– genera electricidad. Hasta 400 kilovatios de potencia por kilómetro», explica en nota de prensa la UPV.
Por desgracia, este tipo de soluciones presenta inconvenientes como la dificultad para adaptar el flujo magnético con la posición del vehículo o la baja velocidad de carga. «Por ahora la tecnología apunta a la recarga estática como tecnología mas eficiente», indica el portavoz de Ferrovial. Es decir, que antes veremos puntos de recarga o electrolineras distribuidad por la red de carreteras.
Plástico
Otra solución medioambiental interesante tiene que ver con la propia composición del asfalto. Según relata la BBC, India, país que alberga una de las redes de carreteras más grandes del mundo, con un crecimiento 10.000 km de carreteras al año, está invirtiendo mucho esfuerzo y dinero en añadir plástico reciclado a sus mezclas para pavimento. «Desde Ghana hasta los Países Bajos, pasando por Reino Unido, la construcción de carreteras y caminos de plástico está ayudando a ahorrar emisiones de carbono, mantener este residuos
En el caso de las carreteras urbanas el problema principal es la contaminación. Ahí el esfuerzo, según ACE, debería realizarse primero en zonas intermedias con carriles reversibles que en caso de necesidad pudieran cambiar de sentido para descongestionar los centros urbanos y dificultar los accesos. También está aumentado el número y tipos de usuarios. A las coches convencionales, se sumarán los voladores (ya hay algún proyecto de taxi volador incluso en España) y los autónomos, las bicis y los patinetes. «Algo está fallando cuando en 2020 más del 50% de las muertes ya sucedieron en centros urbanos. En los últimos años, está aumentado la siniestralidad entre los usuarios más vulnerables… Hay que protegerlos o bien con restricciones, de no todos pueden circular por todas partes, o con segregaciones», apuntan desde la AEC. alejado de los océanos y los vertederos. En 2015, el gobierno indio hizo obligatorio el uso de plásticos en la construcción de carreteras cerca de ciudades de más de 500.000 habitantes. Un solo carril de una carretera ordinaria requiere 10 toneladas de betún por kilómetro, y en India hasta ahora, se han tendido en 2.500 km de estas carreteras de plástico», dice el tabloide. El plástico reduce la cantidad de baches, ya que hace que el asfalto responda mejor a la expansión y contracción provocada por los cambios de temperatura.
Ferrovial nunca pierde el tren de la innovación en infraestructuras, pero no sin antes comprobar que en el mismo vagón viaja la sostenibilidad y la responsabilidad corporativa. Este sector va a actuar como salvavidas económico frente a la crisis ocasionada por la pandemia. Y en este proceso, la movilidad y el transporte son uno de los principales focos de inversión sin perder de vista los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Precisamente, por esta senda avanza Ferrovial.
La compañía es uno de los principales operadores globales de infraestructuras, comprometido con el desarrollo de soluciones sostenibles. Con unas ventas que en 2020 superaron los 6.300 millones de euros, sus mercados principales son Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, España, Polonia, Chile, Colombia y Perú.
Algunos de los activos más icónicos en los que participa la compañía son la autopista canadiense 407 ETR, el aeropuerto londinense Heathrow, y las Managed Lanes texanas NTE y LBJ o la australiana Toowoomba.
En línea con la estrategia marcada en su Plan Horizon 24, que fija el mercado norteamericano como uno de sus principales, ha llevado a cabo distintos proyectos en Estados Unidos. Entre ellos se encuentran la adjudicación de la autopista I-16/I-75, ubicada en la ciudad de Macon, Georgia, por 229 millones de dólares, o la reconstrucción de la autopista texana SL12 por 301 millones de dólares. También ha obtenido la expansión y renovación de la carretera FM 1960 en Houston o la mejora de la autopista IH 35 en Laredo. Además, ha incrementado su participación en la autopista estadounidense I-77, ubicada en Carolina del Norte, una operación con la que refuerza su