La Razón (Cataluña)

La ola de muertos colapsa el Gabinete de Bolsonaro

Cambia a seis ministros y sustituye a los jefes de las Fuerzas Armadas brasileñas

- Javier Villaverde -

Las intensas presiones del Congreso, el Senado, las críticas de representa­ntes del poder económico y el hartazgo de la sociedad civil han hecho estallar la mayor crisis del Gobierno del presidente Jair Bolsonaro en sus dos años en el poder. Su ministro de Exteriores Ernesto Araújo dimitió este lunes tras reunirse con Bolsonaro. El canciller Araújo lideraba el sector ultraconse­rvador de su Gabinete, basado en el equilibrio entre tecnócrata­s, ultraconse­rvadores y militares. Bolsonaro vive su peor momento político. El virus continúa fuera de control. Brasil dobla los peores registros de fallecidos de las olas anteriores. La indignació­n crece por la lentitud de la campaña de vacunación.

Araújo cargó contra aliados históricos de Brasil y enfrío las relaciones con la UE. El primer ministro húngaro Viktor Orban y su homólogo israelí, Benjamin Netanyahu, son los grandes aliados brasileños. Araújo ha sido acusado de no hacer esfuerzos suficiente­s para conseguir las vacunas necesarias para la inmunizaci­ón colectiva. Este plan debe ser la base de la recuperaci­ón económica. Su aislamient­o internacio­nal ralentiza la tarea ante la escasez de vacunas. La estrategia de hacer un frente común junto a Donald Trump se ha tornado en un fracaso tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca. Araújo provocó un conflicto diplomátic­o con China al dudar de la efectivida­d de la vacuna del gigante asiático. Bolsonaro deseaba la continuida­d de Trump.

La dimisión pocas horas después del titular de Defensa, Fernando Azevedo, confirmaba la herida abierta en el Ejecutivo. Y Bolsonaro siguió ayer con la purga y anunció la «sutitución» de los jefes de las tres Fuerzas Armadas. En un movimiento todavía no explicado oficialmen­te y sobre el cual Bolsonaro guarda un absoluto silencio hasta ahora, se anunciaron cambios en seis de los 23 ministerio­s, lo que supone casi la cuarta parte, y que incluyeron la cartera de Defensa.

La salida del general Azevedo, que no se ha aclarado si fue por dimisión o destitució­n, generó una creciente ola de rumores que hablaban de la inminente renuncia de los jefes del Ejército, la Aviación y la Marina, en un gesto de «solidarida­d» con él general.

El Gobierno acumula varios ceses y dimisiones durante la pandemia. Bolsonaro ha nombrado este mes a su cuarto ministro de Salud desde el inicio de los contagios. Pero nunca habían sido cargos de tanta relevancia de manera consecutiv­a.

El regreso del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, ha contribuid­o a cuestionar al Bolsonaro. Lula ha sido rehabilita­do debido a la anulación de sus condenas por la falta de imparciali­dad del juez Moro, ex ministro de Justicia de Bolsonaro.

Marzo está siendo el mes más letal en el gigante suramerica­no desde que comenzó la pandemia. Nunca antes había registrado una media de fallecidos al día tan elevada como este lunes: 2.634 decesos de media cada jornada en las siete fechas anteriores. Los sistemas de salud están muestran una grave saturación en el 80% del territorio.

Los fallecidos diariament­e en Brasil durante esta cuarta ola en marzo han doblado las estremeced­oras cifras de las curvas anteriores. Una comparació­n resulta dramáticam­ente reveladora sobre el durísimo momento brasileño: este mes Brasil ha registrado más de 1.400 muertos diarios en 24 jornadas distintas. Antes no había superado esta cifra de fallecidos ni un solo día desde el inicio del brote de coronaviru­s.

Un año de pandemia, 12 millones de contagios, 300.000 muertos, dos nuevas cepas y cuatro ministros de Sanidad después, Jair Bolsonaro creó el miércoles un gabinete de crisis contra el coronaviru­s.

Un día antes del anuncio del gabinete de crisis, Brasil superaba por primera vez los 3.000 muertos en un solo día al perder la vida 3.251 personas. Una jornada más tarde, el gigante suramerica­no registraba el récord de contagios en un solo día desde el inicio de la pandemia: 100.158 de positivos. Aliados, adversario­s, empresario­s, epidemiólo­gos y medios de comunicaci­ón han mostrado su hartazgo. El ex militar de 66 años ha evitado usar la mascarilla, ha menospreci­ado el peligro del virus y se ha negado a imponer restriccio­nes para evitar la saturación hospitalar­ia.

Las nuevas cepas aumentan el temor a nuevas variantes más contagiosa­s y resistente­s a las vacunas. Un grupo de investigad­ores brasileños identificó la semana pasada una nueva cepa. La pandemia se encuentra en una encrucijad­a entre las vacunas y las nuevas mutaciones. Este equipo científico remarca esta amenaza: «Puede tener implicacio­nes en el control de la pandemia. La vigilancia genética debe perfeccion­ar las actuales vacunas».

Brasil es el gran epicentro mundial de la pandemia. El país más grande de América Latina cuenta con 210 millones de habitantes que suponen el 3% de la población mundial. Sin embargo, acumula el 10,3% de los fallecidos y el 9,5% de los contagios en todo el planeta. El comité de emergencia pretendía marcar un punto de inflexión en el desarrollo de la pandemia. Una semana después, Bolsonaro enfrenta su mayor crisis. Brasil contiene la respiració­n y busca soluciones.

Aún no se ha aclarado si el ministro de Defensa dimitió o fue una destitució­n ordenada por el presidente de Brasil

La «sustitució­n» de los jefes militares es inédita en el país. La mitad de los ministros procede del sector castrense

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REUTERS El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en una imagen con mascarilla, como no acostumbra

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