«A NOSOTROS NO SE NOS COMPRA»
YdijoYdijo él: «A nosotros no se nos compra». El resto de humanos estamos muy tasados por el euribor, que es como nos calculan el precio del dinero que nos pueden prestar en función de que seamos capaces de devolverlo. Otros, lo tienen todo pagado. Vaya marxista si no sabe que el trabajo crea plusvalía, valor, beneficio, dinero. Hay un cuadro de Tiziano –en realidad son dos idénticos porque entonces se duplicaba para cobrar dos veces– que se expone en el Prado en la exposición «Pasiones mitológicas», en el que cae una lluvia de oro sobre el blanco cuerpo de Danae, que asiste al capricho del pintor sin inmutarse, mientras que su criada se esfuerza en que ese polvo dorado caiga en su humilde delantal. ¿Qué es el oro en una ropa vieja? De eso, Pablo Iglesias no sabe nada, y cuando le pone voz a las penurias es como un ventrílocuo estomagante. Le recomiendo que visite ese museo, verdadero orgullo nacional, ahora que dispondrá de más tiempo, y que se ponga delante de unos cuantas obras de Velázquez, por ejemplo, del Bufón Calabacillas, de Francisco Lezcano, el Niño de Vallecas, o del Dios Marte, escéptico ante el poder y la gloria, y que por una vez se mantenga en silencio, escuchando lo que le dicen esas pinturas. Y que luego se atreva a repetir a las puertas del museo: «A nosotrosnosenoscompra». Si alguien le prestase atención, le echaría una moneda a los pies, por caridad. Yendo a lo concreto: que alguien cuyo partido y él mismo viven del dinero público diga que «a nosotros no se nos compra» sólo es posible porque se le ha prestado más atención de lo que realmente merecen sus peroratas tropicales. Van dos despedidas, y no será la última: primero fue el pasado día 15, cuando en una alocución «urbi et orbi» anunció que dejaba el Gobierno, y ayer fue la segunda para recordarnos que no lo vamos a poder olvidar.