¿Un Clásico en cuartos?
El Madrid cae ante el Efes en un partido en el que se lesionó Tavares y Laso fue expulsado. A falta de dos jornadas existe la posibilidad de una eliminatoria fratricida ante el Barça
El Madrid está obligado a ganar al Olympiacos el Viernes Santo para no llegar en una situación dramática a Estambul la próxima semana y jugarse la vida en el duelo directo con el Fenerbahçe. Y al fondo aparece la posibilidad real de una eliminatoria de cuartos ante el Barça. La derrota ante el Anadolu Efes tuvo dos factores determinantes: una inquietante lesión de Tavares en la cadera izquierda en el arranque del tercer cuarto y la mosqueante diferencia en tiros libres cuando el partido se estaba decidiendo. El pívot no regresó y el equipo quedó conmocionado. Lo de los tiros libres desquició a Laso en el final del fatídico tercer periodo. El Madrid dispuso de media docena; el Anadolu Efes, 26. El último cuarto sobró. El Madrid es octavo porque el Zenit cayó ante el CSKA y el Baskonia ganó al Panathinaikos. El Valencia juega hoy y si gana al Olympiacos también superaría al Madrid, ya que los blancos tienen el basket-average perdido con los dos españoles. El Zenit cuenta con un partido menos, aunque el Madrid sí tiene el basket-average favorable con los rusos.
La reaparición de Rudy fue de lo poco positivo ante el Efes. Más allá de sus números o de su tiempo en cancha, su regreso es la vuelta de un elemento clave en los mejores momentos de la «era Laso». Coincidiendo con su presencia desapareció el huracán Simon. El escolta croata había sido una pesadilla para Causeur y Taylor. Anotó 13 de los 20 puntos de los turcos en el primer cuarto y la contestación del Madrid llegó con las canastas que se inventó Alocén y con Tavares. El base se fabrica canastas a contracorriente. Cuando el baloncesto está enfocado a los lanzamientos de tres o a las acciones lo más cerca posible del aro, Alocén se inventa tiros a cuatro o cinco metros. A su fluidez se añadió el dominio del rebote y el acierto exterior cuando empezaron las rotaciones. El Madrid anotó cinco triples de cuatro jugadores diferentes en el segundo cuarto. La aparición de Carroll en el tercero lleva camino de convertirse en un clásico en este Madrid. Pero el elemento que marcó el partido no fue la entrada del escolta. Fue una acción fortuita. Singleton cometió una falta en ataque sobre Garuba y el canterano se estrelló contra la cadera izquierda de Tavares. Siguió en pista y en los dos siguientes ataques los turcos le buscaron. Micic sacó una jugada de tres; Singleton, otra. Y Tavares se fue cojeando al banquillo. La conmoción de su salida dejó al Madrid sonado. Los turcos encontraron aro con mucha facilidad y en apenas seis minutos acumularon un parcial de 6-23 (50-64). Carroll, desactivado por Beaubois, se sentó. Sin su dinamita y con el equipo al límite apareció la energía de Garuba (62-67), pero... dos faltas discutibles en sendos tiros de tres desquiciaron a los blancos. En la primera, la de Rudy a Beaubois, hubo ligeras protestas. En la segunda, la inexistente de Thompkins a Larkin, Laso explotó y el equipo desapareció. El Viernes Santo espera el Olympiacos.