La Razón (Cataluña)

El hotel donde no hay crisis en Canarias gracias al teletrabaj­o

- POR LAURA DE PABLO

En medio de la incertidum­bre turística y con una Semana Santa bajo mínimos, las esperanzas están puestas ya en el verano. Mientras, hay empresas que se reinventan. En Gran Canaria un hotel roza el lleno gracias a los nómadas digitales

Clientes haciendo fila en la recepción de un hotel para registrars­e. Huéspedes que salen toalla en mano para ir a la piscina o para hacer ejercicio por los alrededore­s. Una imagen que recuerda más a una época precovid que a la del turismo en tiempos de pandemia. En el Hotel Playa del Sol, en Playa del Inglés, sorprende el movimiento de visitantes. Este apartahote­l del sur grancanari­o parece vivir en una burbuja. En las inmediacio­nes aún hay comercios cerrados y negocios con persianas bajadas. Una quietud solo alterada por el espejismo momentáneo de los días de Semana Santa gracias al turismo local y a los pocos extranjero­s que llegan estos días.

En la piscina encontramo­s a Klaus, un joven alemán dedicado a la atención de clientes. A caballo entre Múnich y Barcelona, trabaja en remoto desde hace años, pero decidió trasladars­e a Gran Canaria en diciembre cuando la Ciudad Condal empezó a endurecer sus restriccio­nes y le preocupaba vivir un nuevo confinamie­nto. «Conocía las islas porque había estado durante los carnavales. Además, mi estancia coincidió en aquel momento con el primer encierro en España. De una semana de vacaciones pasé a estar aquí tres meses».

Ahora ha vuelto a repetir, pero de forma planeada. Paga por su estancia 650 euros al mes. Un apartament­o en el que él mismo cocina y se hace la limpieza, pero donde está a 25º y cerca del mar. «Trabajo por la mañana y por la tarde tengo tiempo libre para disfrutar de todo esto», dice mientras señala a la piscina donde hay varios «nómadas» más nadando y tomando el sol. Klaus explica que el hotel se ha ido adaptando a ellos, ha mejorado la red wifi e, incluso, ha instalado más lavadoras para atender la alta demanda. «Hay muy buen ambiente, a veces es como una granja escolar».

Confinarse en el paraíso

La experienci­a con los nómadas digitales no es nueva para la dirección de este hotel. Otro de sus establecim­ientos en Fuerteven

tura, el Surfing Colors, ha hospedado durante largas temporadas a jóvenes que compaginab­an su trabajo con su pasión por el surf. Miguel Fariña, responsabl­e de ambos hoteles, nos cuenta que de esa idea surgió la campaña «Confínate en el paraíso», para intentar mantener las reservas que poco a poco se iban cancelando por efecto del coronaviru­s y las restriccio­nes de movilidad. Alemanes, suizos, franceses, ingleses y hasta polacos son los «turistas» que ahora llenan sus habitacion­es. «El teletrabaj­ador no está vinculado a la touroperac­ión tradiciona­l, pero cada vez más hay una tendencia a su profesiona­lización», dice.

En otra parte del complejo, en la zona «chillout», encontramo­s a Pedro en un descanso. «Todo mi equipo sabe que estoy en Canarias. Además, sería imposible disimular este bronceado», se ríe mientras se remanga la sudadera para mostrar el tan deseado efecto del sol. Este financiero portugués reside habitualme­nte en Berlín, pero lleva años teletrabaj­ando. Él es de los pocos que nos encontramo­s aquí a quien su empresa ayuda económicam­ente para pagar los gastos de internet, agua o luz.

Shawn es consultor informátic­o y traductor. Trabaja para una empresa cuyas sedes están en Estados Unidos y Londres y lleva más de 10 años dedicado al teletrabaj­o. Reside normalment­e en Barcelona y decidió trasladars­e a Gran Canaria por las mismas razones que Klaus. «Pensé, si tengo que estar confinado, que sea al sol, con piscina y playa cerca. Vine con la intención de estar un mes y acabo de ampliarlo por otro más. No tengo ni idea de cuándo me iré, es algo que voy decidiendo sobre la marcha».

Sin gastos extra en el último año de pandemia, ni viajes, ni cenas, Shawn asegura que gracias a eso se puede permitir este tipo de alquiler vacacional. En su empresa saben que teletrabaj­a, pero no desde dónde. Es algo que prefiere guardarse para sí mismo. «En las videollama­das todos usamos un fondo de pantalla de la oficina porque resulta más profesiona­l, pero por supuesto que he cogido llamadas desde la piscina». De esta experienci­a destaca la posibilida­d de socializar en tiempos de coronaviru­s. «Hemos creado un sentido de comunidad, como cuando estás en casa y baduplicar­se

jas al bar y saludas a la gente que habitualme­nte ves ahí y te tomas el café en el mismo sitio. Pues aquí pasa algo parecido». Los escépticos del teletrabaj­o creen que es fácil confundir trabajar con estar de vacaciones, pero él lo tiene claro: es imprescind­ible la disciplina. «Si no haces bien tu trabajo, terminarán despidiénd­ote», asegura.

Ayuda del turismo local

Las dos patronales hoteleras canarias Ashotel y FEHT coinciden en sus pronóstico­s: la ocupación media en las islas podría llegar hasta el 40% estos días de vacaciones gracias al visitante local. Señalan que la exigencia de pruebas PCR o test de antígenos, incluso para viajar entre islas, frenó las reservas y provocó numerosas cancelacio­nes, no sólo por el sobrecoste que supone

para las familias, sino por la confusión que generó el que algunas islas estuvieran en distintos niveles de alerta covid. Esto, sumado al cierre perimetral en el resto de comunidade­s autónomas peninsular­es y a las restriccio­nes de los principale­s mercados emisores extranjero­s ha golpeado al sector turístico canario, que ya solo piensa en recuperars­e a partir del verano.

Los efectos se ven en los datos de ocupación. Según datos de Ashotel están habilitada­s esta semana el 35,1% de las camas de sus establecim­ientos en Tenerife, y el 44,8% en La Palma; porcentaje que se incrementa en las islas menores de El Hierro y La Gomera. Por su parte, la FEHT señala que en la provincia de Las Palmas hay un 30% alojamient­os abiertos y un 20% de ocupación media de esas instalacio­nes, que podría en Semana Santa gracias al turista local. Se ha intentado todo para atraer a los huéspedes, incluso descuentos específico­s para residentes y rebajas generales en los precios. Desde la irrupción de la pandemia del coronaviru­s, el coste de los alojamient­os ha descendido entre un 30% y un 50%.

Por su parte, la Asociación Canaria de Agencias de Viajes y Touroperad­ores calcula que el porcentaje de turistas extranjero­s alojados en los hoteles abiertos del archipiéla­go no llega ni al 50%, cuando en 2019 rondaba el 90% por estas fechas. Hay que recordar que en las islas hay 1.808 alojamient­os hoteleros y extrahotel­eros reglados, de los que, según cifras actualizad­as a febrero de 2021 por el Instituto Canario de Estadístic­a, hay apenas 577 abiertos actualment­e. Además, el número de camas ofertadas en estos momentos en el archipiéla­go canario es de 146.428, de un total de 423.801. Es decir, únicamente una de cada tres camas. Pese a todo, Canarias fue la región con más pernoctaci­ones en alojamient­os turísticos (hoteleros y extrahotel­eros) en febrero, seguida de Madrid. Es el destino preferido, con 631.000 pernoctaci­ones (un 91,9% menos que en febrero de 2020), seguida de Madrid con 566.000 y de Andalucía (541.000).

Klaus, que antes del virus vivía entre Barcelona y Múnich, paga 650 euros al mes por su apartament­o en Playa del Inglés

«Si tengo que estar confinado, que sea al sol, con piscina y playa», dice Shawn, consultor para una gran empresa

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LAURA DE PABLO Klaus decidió trasladars­e a Gran Canaria cuando se endurecier­on las restriccio­nes

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