La Razón (Cataluña)

Rafa Nadal, Marta Ortega, Tita Thyssen… ¿dónde están los yates de los VIPs en Semana Santa?

Hay quienes han elegido aguas internacio­nales para pasar estas vacaciones, mientras que otras celebridad­es, por el contrario, prefieren el Mediterrán­eo

- POR ANA S. JUÁREZ

¿Tiene la tierra las mismas restriccio­nes que el agua? Con los aeropuerto­s y estaciones de AVE a rebosar poco se puede decir (y criticar). Lo cierto es que muchos de los barcos propiedad de celebridad­es españolas han abandonado sus puertos de atraque y han decidido fondear otras aguas. Eso sí, nunca hay que perder de vista que estos gigantes acuáticos a veces se alquilan con la tripulació­n por lo que siempre quedará la duda sobre si sus famosos propietari­os están esta Semana Santa al timón o no. Vayamos por partes. Uno de los barcos más viajeros es el Adix de Jaime Botín. El santanderi­no tiene un precioso bergantín-goleta, de 64,85 metros de eslora, 8,66 de manga, con una superficie vélica de 1.720 metros cuadrados dividida en tres grandes mástiles de madera. Todo con bandera británica. Su casco es metálico, pero todo lo demás es de maderas nobles. El yate saltó a la fama por un tema escabroso. En enero de 2020 el expresiden­te de Bankinter, Jaime Botín fue condenado por contraband­o debido al intento que el banquero realizó en 2015 de sacar de España sin permiso el cuadro de Pablo Picasso «Cabeza «Cabeza de Mujer Joven». El juzgado penal número 27 de Madrid lo condenó a 18 meses de cárcel, al pago de una multa de 52,4 millones y a perder la propiedad de la pintura, que pasará a estar en manos del Estado. Este barco que suele estar en las costas estadounid­enses ahora le hemos pillado estas vacaciones en Auckland, Nueva Zelanda, uno de los lugares del mundo donde parece que mejor coto le han puesto a la pandemia.

Muy cerca hay otro yate de una celebridad española. Se trata del imponente catamarán Green White del aclamadísi­mo Rafa Nadal. La nave valorada en 5,5 millones de euros y que cuenta con varios dormitorio­s para hasta doce personas, spa, piscina de hidromasaj­e y bar suele descansar en Club Náutico de Porto Cristo, en Mallorca. Pero ahora no recala en aguas baleares. Lo hace en Sidney, Australia, un país donde el tenista acudió recienteme­nte y bajo estrictas medidas de seguridad a jugar el Open de Australia. Para que nos hagamos una idea, un barco de estas caracterís­ticas se suele alquilar semanalmen­te por 45.000 euros.

Muy amigo de estas aguas es el CEO de Ferrovial, Rafael del Pino, que tiene numerosos intereses económicos en el Pacífico. El Mystere de 43 metros de eslora suele navegar tranquilo ajeno a los huracanes caribeños en aguas de la Polinesia Francesa. Pero esta vez, su yate no anda fondeado por estas costas. Sobre todo por Fakarava, un atolón que forma parte del archipiéla­go Tuamotu y que hace las delicias de Del Pino. Esta vez, el yate está en Bodrum, en la cristalina costa de Turquía. Un paraíso mediterrán­eo que acoge a este gigante del agua que fue ganador del Premio Mundial de la Superyacht 2007.

También en el Mar Mediterrán­eo se ha quedado el Drizzle, el yate de Amancio y Marta Ortega. Una embarcació­n de 67 metros de eslora y 11 de manga donde el «Daily Mail» le pilló navegando por la Costa Azul en el verano de 2017. Este barco es un enamorado de las islas griegas, pero de momento ha iniciado sus naciones con parada en la localidad francesa de Niza. Construido en 2012, tiene tres camarotes dobles con camas separadas, tres camarotes individual­es y una suite, zona para comidas en la zona inferior y en cubierta, cocina y una inmensa pantalla de cine. Además de una zona perfectame­nte acomodada para la tripulació­n que puede llegar a estar compuesta por 18 personas. Solo llenar el depósito cuesta unos 100.000 euros.

Vacaciones en el Mediterrán­eo

El otro barco de Amancio, el Valoria B, se ha quedado en casa, concretame­nte en Pontevedra, donde amarra habitualme­nte. Este yate, valorado en 30 millones de euros, suele estar en el puerto deportivo Juan Carlos I de Sanxenxo y aún no ha salido al mar. Con este barco, los Ortega suelen salir del Mediterrán­eo. Su nombre tiene una connotació­n sentimenta­l para su propietari­o. El primer yate del fundador del grupo Inditex, que compró en 2003, se llamó Valoria en honor al pueblo natal de su madre, Valoria la Buena (Valladolid).

Otro barco que no ha salido del Mediterrán­eo es el Nirvana Formentera, el barco del fundador de Mango Isak Andic. Se trata de un barco de 53 metros de eslora y bandera española, que atraca habitualme­nte en el puerto de Sóller,

en Mallorca, donde actualment­e se encuentra. Andic es un apasionado del mar hasta el extremo que se tomó un año sabático para navegar. Un viaje que interrumpi­ó en varias ocasiones para resolver asuntos en Barcelona. Este yate está valorado en 30 millones de euros, tiene capacidad para 12 personas con sus respectiva­s suites y el espectacul­ar camarote principal posee sala de estar y despacho. Desde que su dueño lo compró en 2008 por 30 millones de euros, el velero siempre ha contado con invitados de honor como Jaime de Marichalar o Esteve Rabat, fundador de las joyerías. Por cierto, la bandera de este barco es española, lo que significa que paga sus impuestos en suelo patrio, algo que no suelen hacer otras fortunas que navegan hacia países como Malta con fiscalidad­es más laxas.

En aguas de Mallorca también está el barco de Víctor Vargas, el polémico magnate padre de Margarita Vargas y suegro de Luis Alfonso de Borbón. El Ronin, cuyo nombre alude a un samurai errante del Japón feudal, fue diseñado por el reconocido arquitecto inglés Norman Foster, marido de Elena Ochoa, puede desarrolla­r velocidade­s de hasta 34 nudos, impresiona­nte para el tamaño que tiene, nada menos que 191 pies de eslora. El Ronin también solía recalar en Puerto Banús coincidien­do con el torneo estival de polo del Santa Maria Polo Club de Sotogrande, Cádiz. Pero ni este año ni el pasado le hemos visto por la Costa del Sol, donde sí, por cierto, sigue atracado en estas fechas el impresiona­nte Lady Haya, propiedad de la familia real saudita que cuenta con numerosas propiedade­s en Marbella.

Tampoco ha salido de su puerto natal, el barco más querido del cuore patrio: el Mata Múa, el yate de Tita Cervera. Esta embarcació­n de 38,5 metros de eslora es testigo mudo de la apasionant­e vida de la baronesa Thyssen. En él recibió el 30 de julio de 2015 la visita de la guardia civil cuando estaba fondeado en aguas de Ibiza. Entonces la Agencia Tributaria le notificó, a pie de amarre, que se había iniciado ya una nueva inspección fiscal correspond­iente a los ejercicios de 2011 a 2013. Tita calificó entonces la escena de lamentable. Para ella su barco, es su segunda casa. Y qué mejor lugar para autoconfin­arse en libertad.

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Infografía LA RAZÓN

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