La Razón (Cataluña)

ASENSIO PIDE SITIO... DE DELANTERO

HA MARCADO EN LOS TRES ÚLTIMOS ENCUENTROS DEL REAL MADRID. CONTRA EL EIBAR JUGÓ DE SEGUNDO PUNTA Y FUE EL MEJOR DEL PARTIDO

- JOSÉ AGUADO

EnEn «Pensar deprisa, pensar despacio» Daniel Kahneman hace un repaso de nuestros sesgos y cómo nos hacen creer en comportami­entos equivocado­s. Estamos convencido­s de que la bronca o el castigo que echamos a alguien porque ha tenido un error funciona al ver que la siguiente vez, tras nuestra bronca, no comete ese fallo. Kahneman da una explicació­n que podrían aprender todos los jefes malhumorad­os: lo lógico tras cometer un fallo, es no cometerlo la próxima vez, haya bronca o no.

El 30 de diciembre Asensio fue titular contra el Elche y desde entonces repitió constantem­ente en el once de Zidane hasta que el

13 de marzo, también contra el Elche en Liga, salió del equipo y no disputó ni un minuto de ese partido. Es imposible saber qué piensa Zidane, si fue un toque de atención o no, si cree en la capacidad del castigo o no. Pero no participó en esa victoria y sólo jugó los últimos minutos de los dos encuentros siguientes: contra la Atalanta y contra el Celta. En los dos, por cierto, hizo gol. El sábado sí que fue titular en el choque contra el Eibar y no sólo marcó el primer tanto, es que, además, fue el mejor del encuentro.

Muchos han querido ver ahí una reacción a su suplencia. Asensio, en cambio, fue más práctico: «Para esto trabajo, para esperar el momento y cuando llegue, aprovechar­lo. Ahora están entrando los goles, antes iban al palo y no entraban», dijo nada más acabar el último partido del Real Madrid.

Hay también un motivo más allá de la teoría de la reacción por el castigo: contra el Eibar, Asensio jugó de segundo delantero y eso le ayuda. En un sistema de 43-3, no tiene más remedio que estar en una banda, que suele ser, además, en la derecha. Aunque él no se queja, no está cómodo y en el campo intenta casi siempre ganar el centro y tocar la pelota en otras zonas. Cuando ha jugado en el otro lado, ha hecho mejores actuacione­s, pero no es un extremo, no es Rodrygo o Vinicius, que ven en la banda un camino hacia la portería. A Asensio le gusta irse para dentro, porque sabe que su disparo es una de sus mejores armas.

Tiene gol y eso no se puede dejar pasar por alto en este Real Madrid que depende de Benzema de una manera exagerada. Zidane insiste a los suyos para que no sean tímidos y busquen el disparo, porque necesita más goleadores. Hazard lo es, pero está lesionado, Rodrygo lo es, pero también es intermiten­te; Mariano no cuenta, Vinicius aún no lo es. A Asensio, en cambio, le sobra gol, pero no se ha soltado hasta este momento. Contra el Eibar hizo uno, pero pudo hacer tres, porque cerca del área y centrado es un jugador que puede ser tan determinan­te como prometía.

La aparición de Asensio en el Real Madrid fue tan fulgurante, tan espectacul­ar, que sólo podía dejar un poso de nostalgia después, cuando los tiempos no fueran tan buenos. Desde entonces, dentro del Madrid, y también los aficionado­s blancos, comparaban lo que hacía Asensio cuando empezaba con lo que hace ahora y el resultado no puede ser satisfacto­rio. Sin embargo, la esperanza de que Asensio va a volver está siempre presente y puede, al fin, que sea ahora.

El Madrid juega mañana el primer partido del momento fundamenta­l de la temporada: ha llegado a la frontera y si la pasa, se le abre el futuro y se puede disparar el entusiasmo. Ahora, Zidane tiene que resolver cómo lo afronta y con quién. Si hay muy pocas dudas acerca de los hombres de la defensa o del centro del campo, el abanico del compañero o compañeros de Benzema se abre. Sería raro que no estuviera Vinicius, pero también, tras su gran partido contra el Eibar, que no estuviera Asensio.

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GONZALO PÉREZ Asensio dedicó a su abuelo su gol contra el Eibar

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