La Razón (Cataluña)

«Ha habido un gran empeoramie­nto del glaucoma de muchos pacientes, con pérdidas irreversib­les»

Debido a la pandemia, la mitad de los pacientes no ha acudido a sus revisiones y una cuarta parte no ha completado el seguimient­o postquirúr­gico

- Ángela Lara

ElEl glaucoma es la segunda causa de ceguera en el mundo occidental. Esta patología no tiene curación, pero sí que existen tratamient­os capaces defrenar su progresión, por ello es fundamenta­l un diagnóstic­o precoz, ya que los daños que la enfermedad puede producir en la visión del paciente son irreversib­les, así como realizar un seguimient­o adecuado.

Al glaucoma se la conoce como la efermedad silente, puesto que sus síntomas no son evidentes hasta que el afectado llega a etapas más avanzas de la enfermedad, por lo que los especialis­tas, aprovechan­do la celebració­n del Día Mundial del Glaucoma, que tuvo lugar el pasado 12 de marzo, hacen hincapié en la importanci­a de que la población, a partir de los 40 años, se someta a una revisión ocular para valorar la presión ocular y del nervio óptico con el fin de descartar la presencia del glaucoma.

En este sentido, advierten además que la pandemia ha acelerado el deterioro de casos de glaucoma en personas que ya habían sido diagnostic­adas previament­e, lo que en algunos casos les ha provocado una pérdida de agudez visual irrecupera­ble, precisamen­te por no acudir a las revisiones de seguimento.

–¿Qué es el glaucoma? ?Qué prevalenci­a tiene?

–Es una enfermedad que provoca el deterioro del nervio óptico y es la segunda causa de ceguera en mayores de 40 años en el mundo occidental, después de las cataratas. No tiene cura y tiene una prevalenci­a de entre un 2% y un 3% en la raza blanca y en la negra este porcentaje asciende hasta el 8%

–¿Cuáles son sus causas? ¿Existen factores de riesgo para desarrolla­r glaucoma?

–En el glaucoma primario hay varios factores de riesgo como son: tener familiares de primer orden afectos de glaucoma, tener más de 40 años y tener la tensión intraocula­r elevada. Además, existen otros factores menos importante­s como el sufrir miopía o alteracion­es vasculares. En cualquier caso, hay personas que no desarrolla­n nunca glaucoma pese a tener factores de riesgo,

–¿Cuáles son sus síntomas y cómo se puede diagnostic­ar? –Al glaucoma se le conoce como la ceguera silente porque no da sintomatol­ogía hasta etapas más avanzadas, cuando puede haber ya una pérdida de visión que es irreversib­le. Diagnostic­ar glaucoma es fácil y rápido, pero es necesario acudir al oftalmólog­o. Hay que tener en cuenta que con un diagnóstic­o precoz se puede mantener la visión toda la vida, pero si el glaucoma se diagnostic­a tarde, los efectos que puede tener sobre nuestra visión son ya irreversib­les, de manera que es importantí­simo acudir anualmente al oftalmólog­o para la pertinente revisión.

–¿Existe algún tratamient­o? –Los tratamient­os que hay hoy en día están orientados a modular la presión intraocula­r. Hay tres tipos en base al avance de la enfermedad: el médico, el láser y el quirúrgico. El médico consiste en colirios y cuando éste no cumple la eficacia terapéutic­a, los parámetros de progresión no son los adecuados o cuando no es bien tolerado se recurre al láser según el tipo de glaucoma y su momento evolutivo, y al quirúrgico en los casos más evoluciona­dos, con el que se pretende conseguir que el drenaje del ojo aumente. Además, en los últimos 5 años se ha desarrolla­do un arsenal terapéutic­o para tratar el glaucoma.

–Si tan importante es el diagnóstic­o precoz y seguimient­o del glaucoma, ¿cómo ha afectado a las pacientes la pandemia?

–La pandemia ha afectado muy negativame­nte en todas las patologías crónicas y, por supuesto, al glaucoma también y de forma nefasta. Durante el 2020, la mitad de los pacientes no ha acudido a sus revisiones y una cuarta parte no ha completado el seguimient­o postquirúr­gico, lo cual ha supusto un importante deterioro en muchos pacientes con consecuenc­ias muy graves; ha habido un gran emporamien­to con pérdidas irreversib­les. Además, la pandemia también ha tenido consecuenc­ias muy graves para quienes noson pacientes deglau coma, porque se ha dejado de diagnostic­ar muchos casos. Hay que tener en cuenta que, en los países occidental­es, no se está diagnostic­ando el 50% de los casos y este porcentaje ha ido en aumento en el contexto de la pandemia. Hay dos motivos que explicaría­n el que los pacientes no hayan acudido a sus revisiones o hayan descuidado el seguimient­o de su patología: por un lado, está el miedo a exponerse al contagio al acudir a la consulta y, por el otro, la imposibili­dad de vistar con normalidad. Durante los peores momentos de la pandemia se hicieron consultas virtuales, pero lo cierto es que, por ejemplo, yo no puedo tomar la tensión ocular a una paciente de forma virtual.

–El pasado 12 de marzo fue el Día Mundial del Glaucoma. ¿Qué mensaje querría lanzar a la ciudadanía aprovechan­do esta efeméride?

–El mensaje más importante es que nos sigue impactando que a día de hoy nos lleguen pacientes jóvenes a nuestras consultas que no saben qué es el glaucoma. Y eso es muy preocupant­e, porque no se puede llegar tarde en patologías con tanta repercusió­n en la visión del paciente, pero también en su calidad de vida. Es clave difundir informació­n sobre esta patología porque si se detecta a tiempo se pueden evitar unos daños irreversib­les en la visión de las personas, que pueden acabar desembocan­do incluso en ceguera.

«Si el glaucoma se diagnostic­a tarde, los efectos que puede tener sobre la visión son ya irreversib­les» «En los países occidental­es no se está dignostica­ndo al 50% de los casos y, con la pandemia, va en aumento»

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