La Razón (Cataluña)

AI denuncia el aumento del autoritari­smo bajo la pandemia

El coronaviru­s ha agravado la desigualda­d y las violacione­s de los derechos humanos

- Celia Maza -

La pandemia del coronaviru­s amplifica las desigualda­des que existían en el mundo y erosiona aún más los derechos de grupos que ya figuraban entre los más marginados, como minorías étnicas, refugiados y mujeres, tal y como revela el último informe anual de Amnistía Internacio­nal (AI), publicado ayer en Londres. La organizaci­ón humanitari­a, que ha analizado la situación en 149 países en 2020, alerta de que numerosos Gobiernos están instrument­alizando la crisis sanitaria para avanzar en sus propias agendas y han abandonado a los sectores más vulnerable­s.

El informe describe cómo numerosos líderes políticos han aprovechad­o la pandemia para normalizar medidas autoritari­as, demostrand­o un «desprecio absoluto por los derechos humanos». En Europa, destaca las acciones del primer ministro de Hungría, Viktor Orban, que reformó el Código Penal para introducir penas de hasta cinco años de prisión por divulgar «informació­n falsa» sobre la covid-19. Asimismo, critica que el Gobierno chino del presidente Xi Jinping no ha cesado en su persecució­n contra el pueblo uigur y otras minorías musulmanas, mientras que Hong Kong aprobó una «abusiva» ley de seguridad nacional para «legitimar la represión por motivos políticos».

En el caso concreto de España, la ONG denuncia el abandono que sufrió el personal sanitario durante los primeros meses de la pandemia. Al final del año, destaca, al menos 93.000 trabajador­es de la salud habían contraído la Covid-19 y 89 habían muerto por la enfermedad.

«En las primeras semanas hubo escasez de equipos de protección individual de calidad, que llegaron aún con más retraso a centros no hospitalar­ios, como los de atención primaria o las residencia­s, y durante los primeros tres meses el personal sanitario tuvo acceso limitado a los test», matiza el informe.

Por otra parte, la organizaci­ón humanitari­a denuncia el «desproporc­ionado» número de muertes entre los mayores. Es más, llega a hablar de «violacione­s de derechos humanos» en las residencia­s de ancianos. En este sentido, recalca que en noviembre se estimaba que 20.000 personas habían muerto en las residencia­s de mayores (el 50% de los fallecimie­ntos por Covid hasta ese momento) y denuncia los protocolos de derivación a centros hospitalar­ios que se adoptaron en algunas comunidade­s, que fueron «discrimina­torios» y violaron el derecho a la salud.

Critica asimismo el confinamie­nto «indefinido» de muchos ancianos en sus habitacion­es, con escaso o nulo contacto con sus familiares y sin supervisió­n efectiva de las autoridade­s, «lo que dio lugar a violacione­s de sus derechos humanos» en unas instalacio­nes en las que faltaba personal y medidas de protección.

En un comunicado, el director de Amnistía Internacio­nal en España, Esteban Beltrán, critica en concreto la situación vivida en las residencia­s de Madrid y Cataluña y considera que la respuesta del personal sanitario en esta pandemia «ha sido una de las mejores muestras de humanidad que nos ha dejado el año 2020».

A su juicio, en el último año, el sistema de atención primaria en España ha sufrido dos pandemias, la del coronaviru­s y la de una gestión que ha situado este servicio público «entre el abandono y el desmantela­miento» por falta de planificac­ión e inversión.

Asimismo, el informe reseña también el significat­ivo aumento de las llamadas a las líneas de atención a mujeres en peligro de sufrir violencia de género en el ámbito familiar y la persistenc­ia en España de un problema de sinhogaris­mo y acceso a la vivienda, sobre todo en zonas de bajos ingresos. AI destaca los reales decretos aprobados por el Gobierno para fijar moratorias en el pago de hipotecas y alquileres y suspender desahucios.

Como es tradiciona­l en sus informes, la ONG vuelve a criticar la denominada ley mordaza y alerta de que persistier­on las denuncias sobre «uso excesivo y desproporc­ionado» de la fuerza por parte de agentes, encargados de hacer cumplir las reglas del estado de alarma. Según este estudio, la policía puso más de un millón de multas y sancionó «arbitraria­mente» a personas por saltarse el confinamie­nto por la pandemia, como periodista­s o personas sin hogar, al carecer de criterios claros para ejercer sus funciones.

El informe incluye un capítulo dedicado a la inmigració­n y aplaude el vaciamient­o de los centros de internamie­nto de inmigrante­s en los primeros meses del estado de alarma, después reabiertos. Las principale­s críticas se dirigen a las condicione­s «inhumanas» que vivieron muchos inmigrante­s en las islas Canarias, desbordada­s al aumentar las llegadas cerca de un 757%; a las expulsione­s sin respetarse las garantías legales, y a las decenas de miles de solicitude­s de asilo acumuladas.

En el caso de España, la ONG denuncia el abandono del personal sanitario que derivó en un alto número de infectados

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AP Un voluntario reparte comida en los barrios más pobres de Río de Janeiro (Brasil)

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