«SI TODOS LOS QUE VAN EN METRO VOTAN, ACABAREMOS CON EL ENTRAMADO MAFIOSO»
LeLe tengo, señor Iglesias, tres malas noticias. La primera es que conozco a tres personas que viajan en metro y van a votar al Partido Popular, no digo sus nombres porque el voto es secreto y, además, hay mucho loco suelto con la mano en el gatillo del twitter. Pero, en fin, si tenemos en cuenta que en la Zona Sur de la Comunidad de Madrid, sí, la de Parla, los partidos de la derecha obtuvieron 285.000 votos en las últimas elecciones autonómicas, aceptará que haya tres que vayan a la capital en Cercanías, que, total, son 31 minutos y te deja en Sol. La segunda mala noticia es que en 2019 hubo en Madrid más de 700.000 votantes del PP a los que usted insiste en llamar mafiosos, delincuentes y criminales, conformando un imaginario de malvados o imbéciles, sin solución de continuidad, que ni siquiera se ajusta al manual, que ya se sabe que en períodos prerrevolucionarios hay que seducir al burgués. El matarile, según toque, viene luego. Y la tercera mala noticia es que, incluso, en la zona sur de Madrid, en el cinturón rojo, el partido de VOX obtuvo en las últimas elecciones más votos que el suyo e Izquierda Unida juntos. Unos 58.000 frente a 46.000 (el
PP sacó 118.000) lo que nos dice que los comunistas no levantan grandes entusiasmos entre la clase obrera, aunque es cosa que usted ya sabía cuando montó el tinglado posmoderno este y dijo aquello de que el PCE se había convertido en el Pitufo gruñón, estrategia que, estará de acuerdo, aprovechó mucho mejor en Madrid su ex compañero Errejón, que había que verle la cara en el Congreso cuando le escuchó aquello de las espaldas manchadas de cal viva. Por lo demás, pues que siga usted bien con su demagogia, pero ponga un ojo en su finca –en sentido figurado, claro– no vaya a ser que los de VOX le hagan un Le Pen y acaben llevándose los pocos partidarios que le quedan. Porque puestos a prometer el oro y el moro entre quienes peor lo están pasando, los de Abascal no son, precisamente, mancos. Además, tampoco les gusta la Unión Europea.