Y Vinicius se los comió
En el Real Madrid destacan la profesionalidad del brasileño para convertise en una estrella del equipo y cómo dedica mucho tiempo a mejorar su remate. Es muy cuidadoso con la alimentación y con el descanso
No fue en una arrancada hacia el área, ésas en las que Vinicius es casi un cometa y se oye el grito ronco de Casemiro: «Va, Vini, va», o la voz de Sergio Ramos desde la grada: «Dale, Vini, dale». No, no fue en una de esas jugadas cuando se dijo la frase que resumió el partido del brasileño contra el Liverpool y también la confianza que tienen ya sus compañeros en él. No, la jugada ocurrió en el campo del Madrid, en la banda donde estaba Klopp de los nervios, en un balón sin peligro, que se iba fuera y que se convirtió en una pelea entre Vini y un jugador rival. Se picaron y el joven brasileño no se echó hacia atrás. Se creció y fue ahí cuando se oyó de nuevo la voz del capitán, Sergio Ramos, desde la grada: «¡Te lo comes, bicho!, ¡te lo comes!», gritó.
Porque Vinicius va sobrado de personalidad y no se arruga nunca ni ante los rivales ni ante el público o ante sus errores. Si falla una ocasión clara, va a por la siguiente sin miedo; si las cámaras desvelan una conversación de Benzema en la que no le trata excesivamente bien, lo soluciona dándole un pase decisivo en el partido siguiente. Este verano cumple 21 años pero ya parece que lleva toda una eternidad en el Real Madrid, donde ha vivido de todo y donde no se puede negar un progresión que empieza a confirmar el esfuerzo económico que hizo el club blanco cuando sólo era un adolescente que destacaba, y mucho, en Brasil.
Aprende cada día, pero a diferencia de otros jóvenes, él aprende mientras resuelve los partidos más complicados, y se convierte en la solución a los problemas de ataque del Madrid en los días espesos y en un arma decisiva cuando el rival ataca y encierra a los de Zidane. Con Vinicius, el enemigo viven con miedo a que en cualquier momento le puedan clavar un puñal por la espalda. Contra el Liverpool todo el mundo sabía que iba a ser la gran amenaza del conjunto blanco porque lo lleva siendo toda la temporada pero, como sucede con los grandes futbolistas, los de Klopp fueron incapaces de detenerlo.
Ha mejorado en el remate porque Zidane insiste, a él y a todos los compañeros, que un jugador que mete goles entra en otra galaxia y Vini dedica a eso más tiempo que antes, con, por lo visto, excelentes resultados. No es un delantero brasileño de los de antes, que veían en el fútbol una diversión. Para Vini es una profesión y triunfar en el Madrid, un destino. Por eso entrena los remates y cuida su alimentación y su descanso como sólo hacen los veteranos que han madurado.