Llull se apunta a la final de Estambul
El Real Madrid de Pablo Laso se enfrenta hoy a una situación a la que no está acostumbrado. Lo normal otros años a estas alturas sería hacer cálculos para saber si los blancos certificarían su primer puesto o uno de los cuatro que te dan ventaja de campo en los «playoffs». Pero en estos tiempos pandémicos las cosas están más apretadas para todo el mundo y el Real Madrid no escapa a eso. Hoy en Estambul juega una final anticipada en la última jornada de la fase regular de la Euroliga, Euroliga, con la obligación de ganar al Fenerbahçe y clasificarse matemáticamente para los cuartos de final. La derrota no sería definitiva, aunque sí dejaría el futuro de los de Laso en manos del Zenit ruso al que le quedan dos encuentros y tendría que perder al menos uno para que el Madrid se clasificara.
El premio sería envenenado, porque sólo podrían acabar octavos y el rival sería el Barcelona con la ventaja de cancha para los del Palau Blaugrana. Pero Laso no echa cuentas y lo único que hace es mirar a sus chicos y quedarse tranquilo. «Los veo a todos muy metidos», dice de los catorce que han viajado. Unos están más tocados que otros, pero no hay tiempo para excusas. El técnico blanco anunció el regreso de Sergio Llull después de su operación de menisco. Se subió al avión el gran referente del equipo y eso es ya una buena noticia, aunque habrá que ver si puede ayudar sobre el parqué o sólo animar desde fuera. Si entra en la lista de doce y hace falta, Llull jugará, porque si de alguien no hay dudas cuando el precipicio está cerca es del número 23.
El Fenerbahçe ya está clasificado, pero defiende su posición. El Real Madrid aspira con una victoria a la sexta plaza, que podría ser incluso la quinta si le acompañan los resultados.