El «sofagate» aflora la rivalidad entre Von der Leyen y Michel
Los equipos mantienen versiones distintas tras su reencuentro
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y el presidente del Consejo, Charles Michel, retomaron ayer el contacto tras días plagados de tensiones. Los dos líderes no habían mantenido ningún tipo de conversación desde el incidente ocurrido en Ankara el pasado martes, cuando la política alemana fue ninguneada por el presidente Recep Tayyip Erdogan en el ya bautizado como «sofagate» y Michel no tuvo los suficientes reflejos o voluntad para cederle su puesto o exigir otro asiento para Von der Leyen.
Mientras el político belga presidió el encuentro junto al anfitrión y se sentó a su lado, la presidenta del Ejecutivo comunitario se quedó de pie sin saber muy bien qué hacer cuando se dio cuenta de que no había preparada una silla para ella. Tras pronunciar un «ehmmm» de desconcierto, debió conformarse con buscar refugio en un sofá lateral, al mismo nivel que el ministro de Exteriores turco, Mevlet Cavusoglu. Un gesto acusado de machista, después de que el líder turco haya decidido salir del Convenio de Estambul para luchar contra la violencia machista.
El encuentro entre Von der Leyen y Michel no tenía nada de extraordinario, ya que se trata del despacho que tiene lugar todas las semanas entre los dos líderes europeos, pero las circunstancias no podían ser más explosivas. El equipo de Von der Leyen ha explicado que la comunicación con Michel no había sido posible hasta ahora, ya que la presidenta ha viajado estos días a Alemania para reencontrase con su familia.
Lejos de solventar este traspiés de manera unida, sus equipos han presentado versiones contradictorias sobre los códigos protocolarios y a qué institución correspondía la preparación del viaje y, por lo tanto, haber evitado el desaguisado. La presión ha ido in crescendo sobre Michel, cuyas disculpas no han sido demasiado convincentes y llegaron tras un día de silencio, mientras el temporal arreciaba.
Se espera que hoy la conferencia de presidentes del Parlamento Europeo solicite su comparecencia en el Pleno para dar explicaciones y puede que quizás también acabe acudiendo al hemiciclo Von der Leyen para aclarar su visión de lo ocurrido.
El equipo de Michel ha intentado sofocar las críticas al mantener que en las visitas al exterior, el presidente del Consejo tiene el rango de jefe de Estado, mientras que la presidenta de la Comisión Europea ostenta el de primera ministra. Los asesores de Von der Leyen explican, sin embargo que los dos puestos tienen el mismo estatus diplomático.
Vistas las divergencias, el jefe de gabinete de Von der Leyen, Bjoern Seibert, ha escrito un email a su homólogo del Consejo, Frédéric Bernand, para unificar criterios interpretativos sobre lo que dicen exactamente los tratados europeos el lo relativo a las visitas al exterior y que los líderes europeos no vuelvan a tirarse los trastos a la cabeza ante este tipo de incidentes. «La presidenta no reivindica nada más que lo que pone en los tratados».
La rivalidad entre Von der Leyen y Michel es más que conocida en la burbuja comunitaria y un simple sofá la ha puesto de manifiesto con toda su crudeza.