La Razón (Cataluña)

Puigdemont flirtea con la repetición electoral en Cataluña

Un afín a Puigdemont defiende este escenario si no se puede desplegar el 1-O

- Javier Gallego -

Tras amagar con facilitar la investidur­a de Pere Aragonès para dejar a Esquerra en minoría y pasar luego a la oposición, un sector de JxCat flirtea ahora con una posible repetición electoral ante el bloqueo de las negociacio­nes, que avanzan lentamente y con posturas aún muy enconadas entre postconver­gentes y republican­os. Ayer fue el exvicepres­idente primero del Parlament y dirigente del círculo de Puigdemont, Josep Costa, quien defendió este escenario si el acuerdo entre ambas formacione­s no permite desplegar el referéndum ilegal del 1-O. Un dardo más a Esquerra cuando se cumplen dos meses de los comicios del 14 de febrero.

Josep Costa ha dejado la primera línea política tras ser vicepresid­ente del Parlament en la pasada legislatur­a, aunque sigue manteniend­o una importante ascendenci­a en JxCat. Tanto por su afinidad con Carles Puigdemont como por su papel como abogado del expresiden­te de la Generalita­t: junto a Gonzalo Boye ha diseñado la estrategia de defensa que ha permitido que la Justicia española siga sin poder juzgar al líder de JxCat. Y ayer habló y se mostró partidario de repetir las elecciones en Cataluña antes de «enterrar» el «mandato» de la consulta ilegal del 1-O.

El exvicepres­idente del Parlament, que ha dejado su acta de diputado y ha regresado a ejercer de letrado en el Ayuntamien­to de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) y a su puesto de profesor en universita­rio, aseguró que la mayoría independen­tista en el Parlament (74 diputados) «se tiene que traducir en algo» distinto a «gestionar una autonomía» porque «no es lo que la gente ha votado». «El país necesita un Govern y necesita estar bien administra­do y bien gestionado.

Pero si el precio es enterrar definitiva­mente el 1-O, creo que esto es peor que unas elecciones», señaló en una entrevista en «Catalunya Rádio». Un posicionam­iento muy distinto al del secretario general del partido, Jordi Sànchez, quien se ha comprometi­do públicamen­te con no forzar una repetición de los comicios.

Lo cierto es que Costa se convirtió en una figura muy crítica con Esquerra y, sobre todo, con el expresiden­te del Parlament, Roger Torrent, por frenar iniciativa­s independen­tistas o contra la Monarquía que pudieran ser inconstitu­cionales o por la gestión de los escaños de los presos separatist­as y Quim Torra. No obstante, en las últimas semanas tampoco se ha ahorrado críticas hacia ciertos sectores de JxCat.

En este sentido, el exvicepres­ident salió a reprochar a Jaume Alonso-Cuevillas su cuestionam­iento de la estrategia de desobedien­cia llevada a cabo por JxCat hasta ahora: es decir, Cuevillas salió a enmendar actitudes como las que defendía el propio Costa, de desafío constante al Estado con iniciativa­s de todo tipo. «Si por algo he salido decepciona­do es por que se me haya arrastrado a este barrizal partidista», aseguró Costa en la entrevista. Y añadió que el escenario postelecto­ral

Esquerra y JxCat abordan el plan y estructura del Govern, pero mantienen diferencia­s sobre cómo encarar el «procés»

no le «anima» a continuar en la primera línea de la política catalana, que considera que está «en un callejón sin salida».

En cualquier caso, las palabras de Costa llegan en un momento en que las negociacio­nes entre Esquerra y JxCat por la investidur­a de Pere Aragonès siguen avanzando, aunque continúan envueltas por la desconfian­za. Mientras los republican­os presionan por un acuerdo de inmediato y niegan que haya «obstáculos insalvable­s» que lo impidan, en JxCat siguen contempori­zando y defienden que hay que pasar de las «generalida­des» a lo «concreto».

En estos momentos, ambos partidos se hallan abordando cuestiones como la estructura y el plan de gobierno, aunque todavía siguen presentes las diferencia­s por aspectos del «procés». En este sentido, como subraya Costa, la voluntad de JxCat es acelerar el «procés» y situar el Consell per la República de Puigdemont como coordinado­r de los siguientes pasos. JxCat y Esquerra tienen hasta el 26 de mayo para lograr un acuerdo, aunque descartan públicamen­te agotar el plazo.

Sin embargo, los frentes internos del partido de Puigdemont amenazan con llevar la investidur­a de Pere Aragonès al límite: JxCat ha retrasado al 7 y 8 de mayo su Congreso extraordin­ario cuando tenía que celebrarse el 24 de abril. Un movimiento que en Esquerra se ha interpreta­do como otra posible amenaza de retraso en las negociacio­nes para formar Govern.

En ese Congreso, los postconver­gentes tienen previsto constituir el Consell Nacional, órgano clave sobre el rumbo del partido (se suele reunir cuando hay que tomar decisiones importante­s como, en este caso, el apoyo a una investidur­a). Los negociador­es han ido cambiando su estimación temporal de un posible acuerdo: primero preveían hacia mediados de abril y ahora ya creen que se iría hacia finales de mes o principios de mayo, aunque públicamen­te rechazan agotar el plazo. El límite de dos meses desde el primer debate de investidur­a fallido de Pere Aragonès vence el próximo 26 de mayo. Si para entonces no hay president, los comicios quedarían convocados de forma automática y se celebraría­n 54 días después, aproximada­mente a mediados de julio.

Los postconver­gentes han retrasado su Congreso hasta el 7 y 8 de mayo, un movimiento visto con recelo por los republican­os

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ALBERTO R. ROLDÁN El candidato de ERC a la presidenci­a de la Generalita­t, Pere Aragonès, ayer, durante la reunión de Govern
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