La Razón (Cataluña)

Yolanda Díaz avanza en la pasarela como modélica niñera de Podemos

- Jesús Amilibia

Yolanda Díaz, el marxismo pasado por «Vogue», melenaza al viento porque yo lo valgo, declara: «Mi principal objetivo es cuidar la coalición de Gobierno». Ahí está su alma de guardería, de costurera que tras la salida de Iglesias va a zurcir los descosidos del pacto PSOE-Podemos. Ahí está en la pasarela la nueva y modélica niñera morada por dentro, blanca por fuera, dispuesta a repartir caramelos y aplausos en el recreo de los consejos de ministros, o sea, dar el pecho o el biberón si es necesario, firme cual Mary Poppins en su ideología cara al sol de Marx, pero con elegancia y prudencia. La vicepresid­enta tercera identifica el comunismo con la democracia, la libertad y la igualdad, es decir, quizá desea un comunismo sin comunismo, made in China. Pero aquí solo jugamos a los chinos las cañas del mediodía.

La nueva niñera tiene dos almas: la glamurosa, que le permite pasear por Serrano como una Tamara Falcó cualquiera, y la de rigurosa gobernanta que puede fustigar, no a la Montero (Mariló), pero sí a la patronal, a Nadia Calviño y a las Ayuso que se le pongan por delante. Una niñera mágica y equilibris­ta a la vez. No hay quien de más. O sí: Pedro Duque gasta 45.980 euros en una investigac­ión sobre el impacto sexista de los piropos, un serio problema en la Estación Espacial Internacio­nal y para el robot que anda suelto moviendo el culo por Marte. Dos investigad­oras de la Universida­d de Vigo, encargadas del proyecto, dicen: «Que nuestras parejas nos digan “qué buena estás” o “cómo me pone tu cuerpo” no debemos considerar­lo normal porque no son mensajes sanos». Deberían consultar con el macho alfa podemita que intentaba pasar por la piedra a sus ligues en el retrete del bar «La Huelga», o con el tocón Monedero, que colocaba su mano derecha en las cinturas femeninas, y más abajo, sin esperar el «solo sí es sí». Dulceida, bloguera e influencer con más de tres millones de seguidores en la red, le ha comentado a Pablo Motos que su manía es chuparse el dedo y chupar orejas. Si el piropo es una especie de comida de oreja, chuparlas es lo que hace el presidente Pedro Sánchez presumiend­o de los Fondos Europeos que no llegan en su campaña anti Ayuso, ¿no?

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