Y VOLÓ POR LOS CIELOS DE MARTE
LeonardoLeonardo Da Vinci ideó máquinas para volar, al menos teóricamente, porque siempre se topó con un obstáculo, sus inventos no lograban despegar por mucho que «aleteasen». Hubo que esperar 300 años hasta que Sir George Cayley, observando el planeo de las gaviotas en la costa, desarrolló un aparato giratorio con una tabla que variando el ángulo se elevó, descubriendo la dinámica de los fluidos. Ayer, años veinte del siglo XXI, una máquina hizo girar sus «alas» y despegó desde la tierra roja de Marte, rebasando así una nueva frontera. Ingenuity, un pequeño helicóptero de la NASA que acompaña al vehículo explorador Perseverance levantó el vuelo en una atmósfera 140 veces menos densa que la de la Tierra. Todo un hito en la historia de la aviación, teniendo en cuenta que los helicópteros tienen el límite técnico de altitud en la Tierra en los 7.000 metros, algo que hace muy difícil los rescates en la cordillera del Himalaya, ya que a mayor altitud, la densidad del aire es menor afectando a la sustentación del aparato. Para solucionar este problema, los ingenieros de la NASA han ideado un doble juego de aspas que giran a 2.500 revoluciones por minuto que han permitido al Ingenuity elevarse a tres metros durante 30 segundos. Parece poco, pero no olvidemos que está a más de 280 millones de kilómetros de casa, o que las instrucciones se envían pero tardan media hora en llegar, que imposibilita manejarlo en tiempo real como un dron.