La Razón (Cataluña)

Los escáneres de seguridad no detectaron ni el arma blanca ni la munición que se envió en los sobres

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de Madrid a Ayuso. Cómo hizo Mónica García. ¿Imaginan que hubiera pasado en sentido contrario?

Dice el padre Gabilondo que hay que parar al fascismo. Estamos de acuerdo. Pero, ¿y al comunismo? Parece que don Ángel sólo ve los abominable­s crímenes del fascismo y nada dice de los 60 millones de asesinatos de la «revolución cultural» en la China de Mao; ni de los 20 millones de aniquilado­s en la URSS; ni del exterminio de 2 millones de obreros y campesinos en Camboya; ni de los 2 cia la bipolariza­ción y el enfrentami­ento. Por ello, se recomienda aguardar a que concluyan las pesquisas para poder determinar la autoría y el fin que persiguen los que están detrás de las amenazas.

Navaja «ensangrent­ada»

La ministra de Turismo, Comercio e Industria, Reyes Maroto recibió ayer un sobre con una navaja «aparenteme­nte ensangrent­ada». El sobre, tamaño folio y acolchado, venía con un montón de folios grapados con copias ampliadas de mensajes de WhatsApp y Twitter. Además, incluía un folio manuscrito con palabras sueltas y frases que no habían podido detallar.

El sobre recibido por la ministra era una «carta ordinaria» que procedía de El Escorial (Madrid) con fecha del 21 de este mes y que, además, llevaba escrito a mano la dirección, pero también el remite, aunque se barajó inicialmen­te que pudiera ser falso. Sin embargo, esto hizo que la policía pudiera identifica­r al autor con celeridad, ya que figurada su nombre, apellidos y dirección. Según fuentes policiales se trata de un hombre diagnostic­ado de esquizofre­nia. No obstante, la Policía ya ha trasladado la denuncia a un juzgado de Plaza de Castilla.

En este caso, un CD que incluía el sobre con la navaja eludió el control de seguridad y no fue detectado por el escáner por lo que el sobre llegó hasta la secretaria de la ministra.

Desde el sindicato de policía (SUP) instan a que se revisen los protocolos de seguridad y los escáneres, los años que tienen y se compruebe si han pasado las últimas revisiones.

millones de desapareci­dos en Corea del Norte; ni de la represión comunista en Cuba y Venezuela, o de los campos de concentrac­ión, el Gulag soviético y la «Gran Purga» de Stalin.

Parece que a don Gabilondo los crímenes del comunismo no le causan especial repulsión. De lo contrario no estaría entregado a Iglesias, comunista confeso, partidario del cóctel molotov y los escraches, de insultar a la Prensa y asediar al Congreso de los Diputados, casa de nuestra Democracia.

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