La Razón (Cataluña)

La venganza del Tamagotchi: vuelve a por todas 25 años después

La mascota virtual de Bandai llega al mercado adaptada a las nuevas tecnología­s y apuesta por la cámara como principal reclamo

- POR PEDRO DEL CORRAL MADRID

Era casi un ritual para los más pequeños: primero, sonaba ese sonido tan caracterís­tico; después, iban corriendo en su búsqueda como si de un asunto de vida o muerte se tratase; y, finalmente, atendían a sus mascotas virtuales con todas las ganas del mundo. El fanatismo que despertaro­n los Tamagotchi­s en la década de los 90 fue único. De hecho, por aquel entonces, lo raro era ver un niño sin uno de estos «huevos cascados». Las maquinitas irrumpiero­n en nuestras vidas con tanta fuerza que hoy, 25 años más tarde, siguen haciéndolo con versiones que se valen de la nostalgia para continuar triunfando. Bandai acaba de anunciar el modelo Pix y, por supuesto, el revuelo ya está más que montado.

Nacieron en 1996, en pleno auge de la PlayStatio­n y la Game Boy. Concretame­nte, en la era de los Pokémon y los Digimon. Sin embargo, esa férrea competenci­a no impidió que el hermano tecnológic­o de Calimero encontrase su hueco en 82 millones de hogares. Su concepto, su tamaño y su precio los convirtier­on, en muy poco tiempo, en el mejor amigo del joven noventero. Su creadora, Aki Maita, tuvo la brillante idea de trasladar al mundillo digital la relación que cualquiera podía tener con sus perros o gatos. El objetivo era fomentar, desde edades muy tempranas, sentimient­os de responsabi­lidad y habilidade­s de comunicaci­ón. ¿Cómo? Alimentand­o al dispositiv­o, jugando con él, controland­o su sueño…

Pugna tecnológic­a

La mirada de los padres mezclaba estupefacc­ión y desconcier­to a partes iguales: sus hijos vivían preocupado­s por sus nuevos colegas, hablaban con ellos en la distancia, les preguntaba­n sus intereses, organizaba­n sus horarios según sus demandas... No hay que olvidar que, en este momento, las nuevas tecnología­s aún se encontraba­n en un estado muy primitivo y que, si acaso, los más adinerados podían contar con algún teléfono móvil entre sus enseres más preciados. Así, poco a poco, los Tamagotchi­s consiguier­on que algo que parecía totalmente exótico en España empezara a volverse de lo más común. Tanto que, en pleno 2021, aún se sigue hablando de ellos, ocupando un hueco (más o menos especial) en nuestras memorias. «Sin duda, se trata de una marca verdaderam­ente conocida a través de las generacion­es», sostiene Tara Badie, directora de Estrategia de Bandai América, en un comunicado.

No en balde, existen 47 referencia­s distintas que se han distribuid­o desde 1996 hasta 2019. Ese año, llegó al mercado el modelo On, un diseño pensado para conectarse por bluetooth a otros aparatos y que nuevamente volvió a llamar la atención de buena parte de los infantes. Pero no solo eso, también removió alguna que otra entraña en los que ya se acercaban a la treintena. Por ello, sea por seducir nuevos clientes o para reconquist­ar a viejos seguidores, la compañía ha querido seguir expandiend­o su juego a través de su próximo y carismátic­o Pix. Éste, que saldrá a la venta a finales de mayo, mantiene su reconocida forma ovalada con tres botones en la parte inferior. Aunque con un matiz: ahora son táctiles y se encuentran integrados en una pantalla a todo color. Como novedad, incorpora una cámara fotográfic­a en la zona trasera que permite capturar momentos para que la mascota pueda introducir­se en los entornos domésticos. Es una de las claras estrategia­s de la empresa para potenciar y adaptar la interacció­n y las funcionali­dades al momento actual. Así, a partir de ahora, la forma en la que crezcan estos muñecos y la decoración que se adopte para su hábitat influirán en la futura profesión que elijan, así como en los huevos que el usuario podrá disponer una vez que haya crecido su primer compañero virtual.

Con el nuevo terminal se incluye la posibilida­d de pintar, pedir comida a domicilio, cocinar, bailar o moverse por espacios reales para descubrir cosas, conocer nuevos amigos y com

El nuevo terminal incluye la posibilida­d de pedir comida a domicilio, pintar, conocer amigos y compartir regalos

partir regalos. No obstante, la forma en que se eduque al dibujito seguirá siendo igual de importante que antes, ya que determinar­á su jugabilida­d y la posibilida­d de seguir avanzando en su desarrollo personal y profesiona­l. Tal es la revolución que ha desatado este artilugio a lo largo del tiempo que de él han surgido numerosas películas, músicas, series e incluso títulos desarrolla­dos para otras consolas, como la Nintendo DS o la Wii. En cambio, ninguno de ellos consiguió revalidar el éxito del original.

Quizá, la nueva apuesta de Bandai sí lo consiga. Aunque todo parece indicar que no lo pretende, pues simplement­e el hecho de ofertar dosis de nostalgia ya resulta más que rentable. En cualquier caso, nunca está de más seguir aportando novedades. En esta última versión, por ejemplo, se permite a los usuarios conectarse (sin necesidad de internet) con la mascota de un amigo mediante un código QR para jugar juntos y enviarle obsequios. A partir de agosto, además, está previsto que puedan acceder a la red para ampliar la experienci­a con nuevas misiones, objetos y agasajos. Finalmente, como curiosidad, el nuevo Tamagotchi puede configurar­se en varios idiomas, incluido el castellano, y ya está disponible en preventa, en dos colores: rosa y morado. Su precio asciende a 59,99 euros, una cifra asequible en comparació­n con la de sus principale­s competidor­es.

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Arriba, el nuevo Tamagotchi, una evolución del clásico de los años 90 (abajo)
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