Hambre de gloria
El veterano especialista británico en cuestiones militares italianas John Gooch nos brinda la visión militar de Mussolini, su intervención en las diferentes campañas de los ejércitos de la época fascista, desde sus motivos para implicarse en una aventura colonial como la de Abisinia (Etiopía) hasta sus intereses para intervenir en España; desde su pánico a implicarse junto a Hitler en la Segunda Guerra Mundial a «correr en socorro de la victoria» cuando advirtió la superioridad alemana al comienzo de la contienda. Desde su «hambre» de gloria y expansión imperialista para atacar Grecia hasta tener que ser salvado «in extremis» por el Führer, repitiéndose la situación en Cirenaica (Libia), lo cual terminó atándole sin remisión a los designios de Berlín y a colaborar en la ocupación de Italia por parte de la Wehrmacht, convertirla en un terrible campo de batalla y arrastrarla a su espantosa derrota. En tan amplio y complejo recorrido son muchos los puntos de controversia que suscita el trabajo de Gooch y nos detendremos en lo referente a la intervención en España, el autor presenta la actuación del minúsculo ejército de Mussolini, apenas cuarenta mil combatientes –con adiestramiento similar a los españoles y menor disciplina– como decisivos en la lucha, atribuyéndoles las victorias de Málaga, la campaña del Norte, Aragón o Cataluña, sin valorar el conjunto de la contienda ni que Franco regaló a Mussolini laureles a cambio de barcos, aviones, armas y munición. Gooch sí advierte, sin embargo, que la Guerra Civil no sirvió como adiestramiento positivo y
hubo lecciones engañosas, como se vería en Grecia y África: «La guerra relámpago» italiana carecía de los medios y el adiestramiento de la Wehrmacht y los generales. El Conde Ciano escribía: «Cada vez que veo a Rommel está encima de un tanque; Graciani prefería visitar catacumbas romanas en Cirene». Queda la idea de que la intervención de Mussolini en los asuntos militares se movía por intuiciones, de modo que los resultados eran «a veces, brillantes y otras tantas, catastróficos».