Contra el Atlético y el cansancio
El Madrid llegó de madrugada y apenas tiene tiempo para preparar el partido de mañana. No se entiende la permisividad arbitral
No podía vivir el Real Madrid un final de LaLiga normal, pues entonces no estaría acorde con lo que ha estado sufriendo durante toda la temporada. Ganó en Granada pensando que mañana tiene, en San Mamés contra el Athletic, otro partido decisivo para seguir metiendo presión (o adelantar al Atlético en la clasificación) y después se metió una paliza de regreso, parecida a aquel viaje infernal a Pamplona a principios de año, en pleno temporal Filomena, que duró días y que terminó en la semifinal de la Supercopa en Málaga, también contra el Athletic.
El Real Madrid acabó su partido en Los Cármenes vivo en LaLiga y dolido en las piernas, porque no esperaba un rival tan duro cuando no se jugaba nada. No entienden en el Madrid las patada del Granada o, más bien, la permisividad del colegiado. Acaba la temporada el conjunto blanco enfadado con el colectivo arbitral, sin entender sus decisiones de las manos o que la entrada por detrás a Marvin en la primera mitad del choque en Los Cármenes no tuviese un castigo mayor. El canterano fue sustituido en el descanso y la imagen de su pierna, con una raja de 20 centímetros, es escalofriante. El jugador del Granada no vio tarjeta. En la segunda parte, Hazard también se llevó una patada con los tacos en la espinilla, que tampoco fue a más. Fue un partido sencillo por el juego para los blancos, pero inesperadamente duro para las piernas de los futbolistas. No esperaban una noche así.
La expedición blanca, además, tuvo tiempo de dar vueltas a todo eso porque se enfrentó a una larga velada de regreso desde Andalucía. Tras finalizar el choque, tuvo que viajar a Málaga para coger desde allí un avión de regreso a Madrid, porque era el aeropuerto más cercano que estaba abierto a esas horas de la noche y, al final, cuando los jugadores blancos llegaron a Valdebebas, muy cerca de Barajas, para recoger sus coches y marcharse a casa para intentar descansar algo, ya habían pasado las
4 de la mañana del viernes. Una fatiga que no le viene nada bien a una plantilla que suma cansancio, lesiones, viajes y patadas. El problema no era llegar tarde, o sí es un problema, pero es que se complicó más cuando ayer por la mañana tuvieron que pasar, a las once de la mañana los tests preceptivos de PCR, por lo tanto no tuvieron suficientes horas de sueño, y después, ya hacer un entrenamiento, que como todas estas semanas apenas puede ser más que de recuperación. Poco ha podido preparar Zidane los encuentros entre semana porque no ha tenido tiempo más que para estirar, recuperar e intentar dar descanso a unos futbolistas muy cargados.
En las dos últimas jornadas de LaLiga todos los partidos se disputan a la misma hora: las 18:30 mañana y el próximo domingo, para que haya cierta igualdad y no se pueda jugar con el resultado viendo lo que ha hecho antes tu rival. Sin embargo, consideran en el Real Madrid, que esa igualdad no es tal porque antes no ha habido el mismo tiempo de descanso. El Barcelona, que ya casi está descolgado, pero eso no se sabía antes, jugó el martes y desde entonces ha podido estar tranquilo, descansar y concentrarse. El Atlético, el gran rival del Madrid para el campeonato, disputó su encuentro un día antes que los blancos, con lo que ha podido recuperar mejor, de hecho ayer tuvieron día libre.
Mientras, los de Zidane acabaron el jueves por la noche en Granada, luego viajaron a Madrid de madrugada y, con el entrenamiento de ayer sin poder forzar mucho y el de hoy por la mañana, tienen que estar listos para el choque contra el Athletic, que disputó su último encuentro de LaLiga el miércoles a las 20:00 horas. El cansancio va a ser un factor fundamental.