La Razón (Cataluña)

EXPORTAN EL MODELO MADRID CENTRAL

Miles de vehículos tendrán restringid­o o impedido el acceso al centro de las principale­s capitales el próximo año con la implantaci­ón del sistema urbano de protección ambiental similar al de la capital de España

- José Antonio Vera

ElEl Madrid Central cumple los cuatro años. En este tiempo ha sufrido altibajos en su aplicación como consecuenc­ia de los resultados de las últimas elecciones municipale­s, a las que el PP concurrió con la promesa de derogarlo, pero que finalmente tuvo que aceptar. Decisión más que polémica, que ha generado un mar de críticas al alcalde capitalino, José Luis Martínez Almeida, pues pese a asegurar en campaña electoral que el Madrid Central sería eliminado, lo cierto es que sigue en pie incluso con mayores restriccio­nes e impacto sancionado­r, lo que le ha granjeado la hostilidad de numerosos colectivos.

El fin último de las restriccio­nes es conseguir un cambio total en la flota automovilí­stica, de modo que sean sustituido­s los vehículos movidos por motores de gasolina o diésel por otros menos contaminan­tes basados en la electricid­ad o el hidrógeno. El problema es que, en el actual escenario de crisis e inflación, forzar a la ciudadanía a vender su coche para comprase uno eléctrico se antoja más que difícil, por no decir imposible. Los precios de los eléctricos son elevadísim­os, y el coste de la luz también. De modo que hay que estar bien pertrechad­o económicam­ente para vender el antiguo diésel, comprar uno eléctrico y cargarlo con coste a la factura de la luz.

Madrid Central ( redenomina­do Distrito Centro por Almeyda) ha adquirido cierta fama por ser el sistema de control de emisiones más eficaz de Europa, debido a una reducción del 32 por ciento de polución por dióxido de nitrógeno. El problema es que su funcionami­ento es caótico, está mal concebido y penaliza injustamen­te a miles de ciudadanos. Para implantar un modelo de este tipo, lo primero que se debió hacer es crear una infraestru­ctura de aparcamien­tos que permita estacionar en ellos antes de acceder el centro. Algo parecido a lo que hizo Ruiz Gallardón en Serrano. Sin embargo, se recurrió a un convenio con los diferentes parkings del Centro, que emiten un informe sobre los vehículos que entran en sus instalacio­nes, a los que se exime de sanción. La realidad es que no siempre funciona bien, de modo que muchos automovili­stas son multados con más de 200 euros pese a no haber circulado por el Madrid Central, sino simplement­e por haber estacionad­o en uno de los establecim­ientos concertado­s.

El sistema de vigilancia del Ayuntamien­to del PP es un auténtico caos, las comunicaci­ones de las sanciones, arbitraria­s, y el prestigio del alcalde se ha caído, pues nadie entiende que después de prometer la derogación del sistema lo haya mantenido pero con más saña e ineficacia. Pese a todo va a ser exportado a la mayor parte de las ciudades españolas de 50.000 habitantes.

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