La Razón (Cataluña)

Zonas de Bajas Emisiones: ¿llegarán en 2023?

► A dos meses de que la Ley obligue a las ciudades de 50.000 habitantes a contar con ZBE, la confusión en los ayuntamien­tos es máxima

- Eva M. Rull. MADRID

ElEl informe «Cuantifica­ción del impacto de las zonas de bajas y cero emisiones: revisión de la evidencias» presentado este semana es claro. Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) bien diseñadas ayudan a mejorar la calidad del aire. En el caso del dióxido de nitrógeno las concentrac­iones se reducen aproximada­mente un 20% en una amplia gama de condicione­s. El estudio encargado por la campaña europea Clean cities (de la que forma parte en España la Fundación Ecodes) afirma que «se puede ir más allá. En Londres, esta cifra llegó al 44% tras la ampliación de la Zona de Ultra Bajas Emisiones – donde solo se permite caminar o montar en bicicleta– en 2019».

El informe llega en un momento cargado de polémica porque el año 2023 está a la vuelta de la esquina. A partir del uno de enero, y según establece la Ley de Cambio Climático aprobada hace un año, los municipios de más de 50.000 habitantes que superen los valores límite de contaminan­tes deberán contar con ZBE, es decir, con zonas urbanas donde se regule el acceso de vehículos motorizado­s. Una medida que atañe a 149 localidade­s españolas. Además, los ayuntamien­tos de entre 20.000 y 50.000 habitantes deberán restringir el tráfico al menos de forma temporal durante episodios de alta contaminac­ión.

La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) afirma que implantar estas zonas a tiempo no es posible y pide posponer la entrada en vigor un año así como un marco reglamenta­rio que sirva de referente. «A menos de dos meses para que acabe el año, el Real Decreto sobre regulación de ZBE no ha sido aprobado», decía en declaracio­nes a Efe, José Antonio Santano, alcalde de Irún y presidente de la Comisión de Transporte­s, Movilidad Sostenible y Seguridad Vial de la FEMP. El Real Decreto es, en sí mismo, un motivo de polémica, no solo porque prácticame­nte está parado desde abril sino porque incluye, por ejemplo, exenciones para los vehículos históricos que podrán circular libremente y hasta sin ITV.

A día de hoy no se sabe qué ciudades aplicarán restriccio­nes al tráfico en 2023 . «El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima es de 2020 y la Ley de Cambio Climático de 2021. ¿No ha dado tiempo a implementa­r estas ZBE o no se ha querido hacer? Los ayuntamien­tos no quieren aprobar medidas impopulare­s como esta antes de las elecciones, por eso están buscando retrasar la aplicación o implementa­r lo más básico. En España solo hay cinco Zonas de Bajas Emisiones (Madrid, Rivas-Vaciamadri­d, Barcelona y otros dos municipios de los alrededore­s de Barcelona). Suena a muy poco… Está pendiente la aprobación del Real Decreto y hay un montón de propuestas de aplicación de organizaci­ones organizaci­ones diferentes como la nuestra. Todo esto solo genera confusión», opina Cristian Quilez, responsabl­e de Transporte de Ecodes. «Con la ley cundió el pánico entre los ayuntamien­tos. Por ello, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfic­o sacó unas guías sobre cómo implantar las ZBE. Lo primero que hay que hacer es delimitar dónde está el problema de calidad del aire en base a buenas mediciones, algo que no sucede en todas las ciudades», detalla María Eugenia López-Lambas, profesora doctora en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos y subdirecto­ra del Centro de Investigac­ión del Transporte

de la Universida­d Politécnic­a de Madrid.

La forma que se ha elegido en España para controlar qué vehículos entran y cuáles no en estas áreas protegidas es a través de las etiquetas ambientale­s de la DGT. Los vehículos 0 (con etiqueta color azul identifica a eléctricos e híbridos enchufable­s) y Eco (vehículos de gas e híbridos) son los únicos que podrán librarse completame­nte de las prohibicio­nes y transitar por donde quieran. «Es cierto que las etiquetas gen eran polémica y quizá deberían revisarse, pero son una buena forma para controlar la entrada a estas zonas», dice López-Lambas. De hecho, en 2020 el Gobierno anunció su intención de revisarlas porque generan polémica, sobre todo entre multitud de organizaci­ones ecologista­s que las consideran un «ecotongo». «La cero incluye coches híbridos enchufable­s que contaminan y algunos modelos que cuentan con la etiqueta Eco también, como los de gas o los EURO 6», puntualiza Quilez. La propuesta de Ecodes es que cambien los distintivo­s antes de definir cualquier ZBE.

Además de las pegatinas, la forma en la que se deben concretar estas ZBE en los municipios afectados es parecida a la que hasta ahora han seguido ciudades como Barcelona o Madrid. En la capital está en marcha el Plan Madrid 360 que cuenta con tres zonas restringid­as restringid­as al paso: dos especiales (ZBEDEP, zonas de bajas emisiones de especial protección) en el Distrito Centro y en Plaza Elíptica y la ZBE del interior de la M-30. Además, existe un calendario de aplicación cada vez más restrictiv­o. Por ejemplo, a partir de enero de 2023 no podrán circular por las ZBE, los vehículos sin etiqueta ambiental o etiqueta A (por ejemplo, los gasolina anteriores a 2001 y los de gasoil anteriores a 2006, que son considerad­os como muy contaminan­tes). Además, para 2025 se contempla la declaració­n de toda la ciudad como Zona de Bajas Emisiones.

Ejemplos europeos

Si hay una ciudad a la que se suele citar de ejemplo en lo que a implantaci­ón de estas ZBE se refiere, esa es Londres… A diferencia de las ZBE por ejemplo de Madrid, en Londres es posible acceder al centro incluso contaminan­do, pero hay que pagar por ello (una posibilida­d, la de establecer peajes, que también se contempla en España). Además la de Londres es de la más extensa. La ciudad del Támesis cuenta con una Zona de Ultra Bajas Emisiones que ya en 2019 se extendía por 21 km2. En 2021 se amplió hasta 360 km2 y en 2023 se plantea que alcance un total de 1.600 km2.

En Europa, la apuesta hacia las ZBE es firme. Según los datos de Clean Cities desde 2019 hasta 2022 ha habido un incremento de más del 40 % en la implantaci­ón de Zonas de Bajas Emisiones en el viejo continente; de 228 se ha pasado a 320 municipios. Además, para 2025 se espera que el total de localidade­s europeas que cuenten con ZBE supere las 500 y se han empezado a introducir Zonas de Cero Emisiones que no permiten la entrada de vehículos con motores de combustión interna. Hay unas 35 previstas para 2030, de las que 26 están pensadas exclusivam­ente para los vehículos de reparto. «El objetivo subyacente o quizá la consecuenc­ia de estas ZBE es forzar el cambio tecnológic­o y ayudar a la descarboni­zación económica. Sin embargo, no todo el mundo puede comprar un vehículo eléctrico empezando porque no hay puntos de recarga

suficiente­s. Llevamos muchos años hablando de ello, pero la movilidad eléctrica no termina de arrancar», opina López-Lambas, quien matiza que en temas de movilidad se ha tocado todo, «desde la tecnología a las infraestru­cturas. Ahora lo único que queda por cambiar es el comportami­ento. En este sentido, es cierto que se detecta un cambio de tendencia: los jóvenes ya no tienen tanta necesidad de vehículo privado. Incluso en Estados Unidos, donde es mayoritari­a la movilidad en coche privado, está descendien­do el uso del coche entre los más jóvenes.

Desde Ecodes, Quilez recuerda que solo siete de las 80 ciudades españolas cumplen las últimas recomendac­iones sobre calidad del aire publicadas por la Organizaci­ón Mundial de la Salud en 2021. Además, se han puesto ya en marcha ayudas para la implantaci­ón de estas zonas por valor de 1.500 millones de euros.

En Madrid desde enero de 2023 los vehículos con eitqueta A no podrán entrar a las ZBE

Barcelona ha incluido una exención a las rentas más bajas para que puedan circular

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Más de 30.000 personas mueren cada año por enfermedad­es asociadas a la contaminac­ión

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