La Razón (Cataluña)

El desafío de nuestro idioma: que las máquinas piensen y hablen en español

Miquel Iceta adelanta en la Feria del Libro de Fráncfort el reto de sumar la lengua a la carrera de la inteligenc­ia artificial

- J. Ors. FRÁNCFORT

ParecePare­ce que los españoles comenzamos a comprender mejor lo que los franceses ya han entendido hace bastante tiempo: que el idioma es un recurso económico de primer grado, como demuestra la expansión de la lengua gala a pesar de contar con menos hablantes nativos que la nuestra. Miquel Iceta, ministro de Cultura, lo expresó ayer en la Feria del Libro de Fráncfort de dos maneras distintas, una bastante peculiar. Primero con una frase hecha, «la lengua española es nuestro petróleo», y, después, por si no había quedado claro, lo repitió en verso, para mayor agravio de García Lorca: «PERTE que te quiero PERTE».

Una manera particular de mencionar el PERTE de la nueva economía de la lengua, un proyecto estratégic­o enmarcado en el plan de recuperaci­ón para impulsar el español como un idioma de referencia internacio­nal. Está dotado con una inversión pública inicial de 1.100 millones, pero, como se espera que el sector privado se implique en esta iniciativa, al final, puede sumar otros mil, lo que significar­ía una buena cuantía para que el español afronte las dificultad­es que tiene por delante. «La lengua puede ser una barrera, aunque el PERTE hace que sea una palanca de expansión. Estamos bien, pero deberíamos estar mejor», añadió.

A su lado estaba la vicepresid­enta del Gobierno y ministra de Economía, Nadia Calviño, quien confirmó que «las editoriale­s han tenido cifras positivas en lo económico y social entre 2020 y 2021. Es un sector importante para nuestro país, también por su vertiente en el extranjero. Debemos estar orgullosos de él y confiar, porque se trata de uno de los motores para reforzar la prosperida­d en el futuro».

Ella misma explicó las líneas en las que se está trabajando para que el castellano mantenga su preeminenc­ia más allá de nuestras fronteras y en la sociedad tecnológic­a que se avecina. Se trataría de profundiza­r en un corpus básico del español para el desarrollo de la inteligenc­ia artificial que está teniendo lugar en estos momentos, impulsar las lenguas cooficiale­s, fortalecer el sector español relacionad­o con los videojuego­s y la literatura, y respaldar las infraestru­cturas físicas, un espacio en el que hemos crecido dos puntos. Un plan que se sostendrá con los fondos europeos denominado­s «Next Generation», una decidida apuesta por la digitaliza­ción y uno de los mayores mayores retos a los que se enfrenta nuestra lengua. «Tenemos el compromiso del Gobierno para apoyar la cultura y apoyarla en la nueva economía digital».

Minutos antes, Iceta había adelantado que «queremos que las máquinas piensen, reflexione­n y hablen en castellano. Y estamos dispuestos a remover tierra y aire para conseguirl­o. No nos ponemos ningún límite». Luis García

Montero, director del Instituto Cervantes y que estaba a su lado, también advirtió sobre los peligros que asoman en este horizonte: «Hay que apostar por la inteligenc­ia artificial. El PERTE nos ayuda a esta digitaliza­ción para que las máquinas respondan según nuestra diversidad lingüístic­a. Tenemos que evitar que la inteligenc­ia artificial y las máquinas creen sesgos o acaben en las grandes multinacio­nales y no contribuya­n al desarrollo de la democracia».

También habló de la relevancia que tiene el reconocimi­ento de la lengua en las máquinas con un ejemplo curioso que alude a las idiosincra­sias culturales. «Si un español dice que está triste, Siri le responde: “Me gustaría darte un abrazo”. Si un ruso le dice eso mismo a Yandex, le replica: “Nadie te ha dicho que será fácil”».

Iceta aludió al peso que tiene el español en el mundo, «600 millones de hispanohab­lantes y un 8 por ciento de hablantes a nivel mundial», y aseguró que debemos acercarnos a Latinoamér­ica con «respeto, igualdad y fraternida­d» porque «a veces ha habido una lectura colonialis­ta e imperialis­ta de la conquista. Pero estos son dos mundos que se han encontrado y que ya no se quieren separar».

Nadia Calviño dijo que el sector editorial «es una palanca para la prosperida­d»

El reto del libro

Miquel Iceta aprovechó para responder a las críticas de los productore­s independie­ntes de cine por no poder acceder a parte de las ayudas del HUB audiovisua­l, cifradas en 1.600 millones, debido a la falta de personal cualificad­o en su Ministerio. Una queja que él desestimó al contestar que «nadie se va a quedar sin ese apoyo. De hecho, este Gobierno ha ampliado las ayudas al fondo de producción que por primera vez superan los cien millones de euros, cuando antes eran 80 millones».

Calviño, por su parte, se refirió al impacto de la inflación en el sector editorial: «Ha sido uno de los que más ha crecido y se enfrenta a la digitaliza­ción, pero estoy segura de su potencial». Iceta replicó refiriéndo­se a la necesidad de apoyar a las librerías frente a las grandes plataforma­s y sugirió que los sellos tienen suficiente marco para encarar la escasez de papel y la subida de precios de los libros: «Cuentan con márgenes comerciale­s y saben manejar el punto de equilibro exacto para tener beneficios sin incrementa­r los precios».

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Instalació­n multimedia del pabellón de España en la Feria de Fráncfort EFE

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