La Razón (Cataluña)

McGregor, Hawke y el entierro de todas las penas

«Raymond y Ray», de Rodrigo García para AppleTV+, aborda la reunión de dos hermanos tras la muerte de un padre abusivo

- Matías G. Rebolledo. MADRID

En cada pequeña pausa y algún que otro gesto se cuela el Gabo. Desde su casa de Estados Unidos, Rodrigo García atiende a LA RAZÓN para hablar de «Raymond y Ray», su último trabajo como director y guionista y, en cierto sentido, el libreto más cercano a la obra de su padre, Gabriel García Márquez. La película, que se estrena este viernes en AppleTV+, comienza con una muerte, pero sin pelotón de fusilamien­to; reúne a dos hermanos, que no son Buendía, pero sí comparten el mismo nombre; y reflexiona sobre la soledad, aunque los cien años aquí son dos días y las penas se ahogan en un saxo que llora.

Química fraternal

«Tuve la idea en la cabeza de un solo personaje que cavaba la tumba de su padre. No recuerdo por deseo de quién, pero sí que era un músico. Ahí estaba el reverendo, llegaban una mujer y un el niño… No llegaba a desarrolla­r más de media hora hasta que se me ocurrió que fueran dos hermanos», explica un García que, en ese punto, llevó la película hacia su buen amigo Alfonso Cuarón, aquí productor, quien hizo de intermedia­rio con el gigante tecnológic­o para sacar adelante el proyecto. «Luego llegó Ewan McGregor, porque ya había trabajado con él antes y cuando tuve el guion listo fue en el primero en el que pensé. Se lo mandé, le gustó y en nuestra primera charla ya salió el nombre de Ethan Hawke. No habían trabajado juntos, pero ambos tenían una especie de simpatía mutua y curiosidad por el otro. Creíamos que esa química podía existir, pero siempre es una especie de deseo, de plegaria, porque no se puede inventar. Por suerte, la tuvieron», añade el director sobre una película que lidia, rayando el humor negro, con el duelo.

«Raymond y Ray» es la vuelta de García a uno de sus leitmotivs favoritos: la superación de los traumas. «Quizá vuelvo a ello porque tengo una edad en la que me he dado cuenta de que la gente no se recupera de las cosas. O, incluso si lo hace, el proceso es continuo. Me interesaba que ellos estuvieran atrapados en una especie de adolescenc­ia desde la cual no han podido trascender. Se suele decir en psicología que un niño necesita el permiso de su padre para volverse hombre, y yo creo que ellos nunca tuvieron ese permiso. Necesitan libertad y ese entierro les abre la puerta. Pero es tan solo el primer día», matiza.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain