«La Roca» , antihéroe granítico
Ya no hay héroes, los héroes tienen demasiado corazón, demasiada nobleza, demasiada capa, pero también destrozan las ciudades (en fin, como todos los personajes y catástrofes en las grandes superproducciones), y estos tiempos no los reclaman porque quizá en el fondo saben que no existen los poderes sobrenaturales, que es mejor que nos acoja un tipo protector como Dios manda que alberga rencores y afán de venganza en el corazón. Esta es la historia de un personaje, que únicamente al final de la cinta decide llamarse Black Adam, concebido por DC Comics y al que encarna Dwayne Johnson, un actor de físico impresionante (cumple con el papel, sí, y el traje parece que le queda como una segunda piel, con esa cara de pocos amigos), pero que quizá prefieran ustedes, como yo, en papeles de una mayor humanidad, más cercanos y físicos, menos estandarizados. En el filme nos toparemos con el origen de este personaje, un pasado como esclavo en el país Kahndaq, que ha evolucionado durante el paso del tiempo hasta transformarse en una enorme orbe como cualquiera de las actuales. Nacido, pues, en el Antiguo Egipto, Black Adam lo tiene todo: una fuerza que no es de este mundo, velocidad, la capacidad de volar igual que un cohete y disparar rayos. Pero Black Adam termina torcido y utilizando esas habilidades para hacer el mal. Un grupo de héroes con el concebido par de jovencitos estrenando facultades que encabeza el Doctor Fate (Pierce Brosnan) tratarán de sumarlo a la buena causa. Collet- Serrat lo ha conseguido, un filme que sumar a la caterva del género atestado de efectos por ordenador, de ruido, de mártires por la causa, de escenas que parecen filmadas en otro mundo y de luchas descomunales, aunque aburrido cuando el ritmo decae y con alguna que otra ración cómica leve y un par de lecturas muy actuales (el mejor líder es el que no existe, solamente una sociedad unida puede acabar con el opresor). Una película que deseaba ser más oscura pero que se quedó a la mitad. Y mira que podrían haberle sacado partido a la historia.