Paral·lel 62, epicentro de una revolución pendiente
► La antigua sala Barts empieza una nueva etapa tras haber sido una discoteca e incluso un restaurante
El local donde estuvo la histórica discoteca Studio 54 y que en los últimos años había programado conciertos bajo el nombre de sala Barts inicia una nueva etapa rebautizado como Paral·lel 62, con una programación «de calidad, inclusiva, accesible, intercultural y paritaria». Un nuevo epicentro en la arteria cultural barcelonesa por excelencia, que tiene como tarea pendiente su particular reinvención.
Según explicó la gestora y activista cultural Anna Cerdà, la nueva dirección del espacio apuesta por «un modelo de gestión horizontal vinculado a la economía social y solidaria». Paral·lel 62 «no va a ser sólo una sala de conciertos, sino también un lugar en el que se apoye a los nuevos creadores y un punto de encuentro de todo el ecosistema musical», añadió el teniente de alcaldía de Cultura, Educación, Ciencia y Comunidad, Jordi Martí.
El local, situado en el número 62 del Paral·lel barcelonés, fue uno de los primeros teatros de la mítica avenida y, a lo largo de su historia, ha sido también cine, discoteca y restaurante.
El Ayuntamiento de Barcelona lo adquirió hace veinte años y primero lo gestionó la Sociedad General de Autores y Editores (Artèria Paral·lel) y después la promotora The Project (Barts).
El pasado mes de marzo, la unión temporal de empresas formada por las cooperativas L’Afluent, Quesoni y la Sala Upload ganaron el concurso público del Ayuntamiento de Barcelona y empezaron a trabajar a partir de nuevas premisas.
Según Cerdà, «desde el primer día estamos cumpliendo con nuestros compromisos y ya hemos programado varios espectáculos y actividades», pero la presentación oficial no se ha hecho hasta ahora porque la dirección estaba acabando de cerrar contrataciones e incorporaciones de colaboradores, informa Efe. «El Ayuntamiento de Barcelona es el titular de varios espacios culturales que queremos transformar en casas de cultura, un tipo de centro cultural que en Barcelona nace con Paral·lel 62, pero al que se pueden añadir más adelante otros espacios cercanos, como El Molino y L’Arnau, o de otras zonas de la ciudad», añadió el delegado de Derechos Culturales del consistorio, Daniel Granados. El concierto final de la gira de Ferran Palau, Culturopolis o el musical «El Petit Príncep» son algunas de las propuestas de una programación que todavía no está cerrada.
El pasado mes de marzo, una unión de cooperativas ganó el concurso público de gestión del local