Nostalgias socialistas
LaLa celebración del allegada delos socialista sal gobierno en 1982 ha dado la oportunidad de comparar aquel socialismo, liderado por Felipe González,y el actual de Pedro Sánchez. Se ha expresado así, con intensidad y amplitud, la nostalgia de aquel partido socialista civilizado y dialogan te. Y se subraya el contraste con el actual, tan abrasivo y tan poco proclive al diálogo, excepto con aquellos que quieren acabar con la Constitución y con la nación española. Sin duda el actual Partido Socialista no sale bien parado de la comparación. Conviene recordar, sin embargo, que el PSOE de González fue socialdemócrata… mientras no tuvo oposición. En cuanto Aznar consolidó una alternativa de derecha al PSOE, se acabó la socialdemocracia y salió a relucir el dóberman guerracivilista. Tampoco entonces los socialistas tenían una idea clara de nación, a menos que se acepte identificar la política nacional con la promoción ylaim plantación territorial del partido,entiende. Entre el socialismo de 1982 y el de 2022 hay, además de serias diferencias, continuidades importantes: ninguno de los dos admite la legitimidad de la derecha para gobernar España.
La nostalgia del viejo socialismo también resulta injusta porno tener en cuenta el momento histórico. Entonces, todavía no había caducado del todo la modernidad yGonzálezy su partido pudieron ejercer con soltura el papel de la España salida hacía poco de la dictadura. Hoy, Sánchez se mueve en un mundo post moderno, obsesionado por el pasado y por la identidad, infinitamente más ideologizado y también más radicalmente politizado. Un ejemplo. El nuevo feminismo mantiene una ofensiva para abolir el sexo, femenino o masculino, como realidad social. Entramos en la in determinación de género y la la identidad y cunde el elogio del antiguo feminismo como un movimiento puramente emancipador. Pocos se acuerdan del sectarismo rabioso del feminismo clásico, no menor que el del actual feminismo woke. La nostalgia no suele ser buena consejera.