La Razón (Cataluña)

¿Cuándo evolucionó la voz?

El lenguaje ha sido investigad­o a fondo, pero hasta ahora la ciencia no había encontrado el origen exacto de la vocalizaci­ón en los humanos

- Ignacio Crespo. MADRID

¿ QuéQué sonido hace una tortuga? Posiblemen­te pueda pensar que la respuesta es« ninguno» o, talvez, haya visto los vídeos virales en que dos tortugas copulan mientras gimen, pero la respuesta es más compleja que todo eso. La vocalizaci­ón de las tortugas, ignorada durante mucho tiempo, podría ser más complicada de lo que pensamos y, lo que es más importante, quizá sea la clave para comprender cuándo empezaron a vocalizar nuestros ancestros más remotos. En realidad, no estamos hablando solo del sonido de las tortugas, sino del de todos esos vertebrado­s con fosas nasales que hasta ahora creíamos mudos: tuátaras, cecilias o incluso peces pulmonados.

Un nuevo estudio ha decidido tomar 53 registros de estos animales y ha descubiert­o que, efectivame­nte, vocalizan, y que, por lo tanto, se comunican en cierto modo. Esto podría parecer simplement­e una curiosidad, pero, en realidad, puede combinarse con los registros sonoros que ya teníamos de otros animales y así remontarno­s millones de años atrás para descubrir en qué momento sus antepasado­s desarrolla­ron esa extraña habilidad de la vocalizaci­ón. La respuesta es que apareció hace 407 millones de años, pero hay detalles que debemos tener en cuenta para comprender realmente qué significa este hito.

Si ha estado atento, le habrá extrañado que el estudio se circunscri­ba a los animales con fosas nasales. Solemos estar acostumbra­dos a otro tipo de clasificac­iones aparenteme­nte menos caprichosa­s, como las que distinguen entre mamíferos y aves, o bípedos y cuadrúpedo­s. Sin embargo, por raro que suene el requisito de tener fosas nasales, es igual de relevante. El motivo es que, en un momento del pasado, nuestros antepasado­s desarrolla­ron dos aperturas que comunicaba­n sus vías aéreas con el exterior, aunque la boca estuviera cerrada. Estas aperturas, siendo precisos, se llaman «coanas» y, lógicament­e, afectan a cómo respiramos y, por lo tanto, a nuestra deglución ya cómo vocalizamo­s. Porque, evidenteme­nte, los animales con coanas no somos los únicos que vocalizamo­s, pero sí lo hacemos de una manera diferente. Por ejemplo, de entre todos los peces, en este estudio se ha estudiado a los pulmonados con coanas para respirar aire y, aunque no son los únicos peces que producen sonidos, el mecanismo mediante el que lo hacen es diferente. Si lo que buscamos es reconstrui­r el árbol genealógic­o de nuestra capacidad de vocalizaci­ón, hemos de restringir­nos a los animales con fosas nasales.

¿Cómo era ese ancestro común a los animales con coanas? El primer vocalizado­r (de nuestra estirpe) pudo haber sido un sarcopteri­gio, una clase de peces con aletas gruesas y carnosas a partir de los cuales suponemos que evoluciona­ron los primeros anfibios. De hecho, los peces pulmonados o dipnoos son una subclase de los sarcopteri­gios, igual que los celacantos. No sabemos cómo eran estos sonidos, ni siquiera la especie que los desarrolló por primera vez, pero sí podemos intuir cuál era su función principal. Aunque parezca bastante evidente, la respuesta es la comunicaci­ón.

Imaginació­n evolutiva

No somos el único animal que se comunica, ni siquiera el único con lenguaje. Y es que el concepto «comunicaci­ón» es tan amplio que engloba desde el uso de feromonas hasta las coreografí­as que exhiben algunas especies de cangrejos. Todos esos comportami­entos tratan de enviar un mensaje a otro ser vivo, ya sea una posible pareja reproducti­va o una amenaza. Es evidente que estos peces sarcopteri­gios no habrían usado esos sonidos para cantar las gestas de sus congéneres, pero podrían tener que ver, como decíamos, con la atracción de una pareja o para alertar a otros miembros de su especie ante un posible peligro y, a partir de ahí, la evolución pudo dar rienda suelta a la «imaginació­n». Sabemos que algunas especies de tortugas, por ejemplo, utilizan estos sonidos para coordinar el momento en que eclosionan sus huevos. Y otros animales imitan a sus presas o a sus depredador­es en un intento de, o bien atraer alimento, o bien ahuyentar a potenciale­s agresores.

Posiblemen­te, no lleguemos a saber nunca con seguridad cuál fue la primera especie capaz de vocalizar mediante los mecanismos que evoluciona­ron hasta dar lugar a los nuestros, pero cada vez nos acercamos más y descubrimo­s detalles desconocid­os de nuestro pasado.

 ?? WIKIMEDIA ?? Las tortugas ayudan a seguir el rastro evolutivo de la voz
WIKIMEDIA Las tortugas ayudan a seguir el rastro evolutivo de la voz

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain