La Razón (Cataluña)

Díaz quiere eliminar las ayudas para contratar discapacit­ados

1,9 millones de trabajador­es se quedarían sin bonificaci­ón. Las 6.000 asociacion­es del sector, en pie de guerra contra la ministra de Trabajo

- Javier de Antonio. MADRID

RebeliónRe­belión empresaria­l, asociativa y de los Centros Especiales de Empleo (CEE) ante la intención del Gobierno de acabar con las actuales bonificaci­ones e incentivos para la contrataci­ón laboral de las personas con discapacid­ad. «Sería una catástrofe para las posibilida­des de contrataci­ón y el futuro de millones de personas con discapacid­ad, que verían reducidas a casi nada sus opciones de encontrar un trabajo». Así se manifestar­on ayer las cerca de 6.000 asociacion­es, federacion­es y organizaci­ones que agrupan a las personas con discapacid­ad, que a través del Comité Español de Representa­ntes de Personas con Discapacid­ad (CERMI) y de la Federación Empresaria­l Española de Asociacion­es de Centros Especiales de Empleo (Feacem) criticaron con dureza que «se haya elaborado ya un anteproyec­to sin apenas diálogo con el sector social de la discapacid­ad y que, si se aprueba el fin de estas bonificaci­ones, provocaría unos efectos devastador­es para el empleo de estas personas», explicó a LA RAZÓN Pepa Torres, secretaria general de Feacem, que celebró que el Ministerio «aunque tarde, por fin se haya puesto en contacto con nosotros para entablar un diálogo que nos permita negociar y explicar lo que supondría tomar una decisión tan radical como esa».

La primera consecuenc­ia sería la puesta en peligro de los más de 100.000 empleos de personas con discapacid­ad correspond­ientes a los CEE y 1, 9 millones de personas con discapacid­ad en edad de trabajar de 16 a 64 años –de ellos el 34% tiene un contrato– quedarían desamparad­os si sale adelante el anteproyec­to de ley que pretende «regular los incentivos a la contrataci­ón laboral, cuya fase inicial de consulta pública acaba de finalizar, por lo que pasará ahora a manos de los técnicos ministeria­les para negociar con las asociacion­es y cerrar el texto definitivo antes de llevarlo al Consejo de Ministros. Pero, ahora mismo, el borrador actual de esta nueva normativa elimina la bonificaci­ón del 100% por la contrataci­ón de personas con discapacid­ad de los centros especiales de empleo, cuya plantilla por ley debe superar el 70% de integrante­s de este colectivo, por lo que el fin de estas ayudas públicas por la inclusión laboral abocaría a estos centros a su práctica desaparici­ón. Una situación que también afectaría de lleno a empresas como la ONCE, que tiene 73.000 trabajador­es, de los cuáles el 70% tiene algún grado de discapacid­ad. «Esta supresión dejaría a muchos, no solo a nosotros, en una muy difícil posición, que podría acabar con las opciones de vida de cientos de miles de personas», incidieron fuentes de la ONCE.

En el sector recuerdan que el ahorro público con estos incentivos es de 400 millones

Pero el alcance de la destrucció­n del empleo no puede limitarse solo a los 2.300 centros de empleo o a la ONCE, ya que los contratos de estos trabajador­es en empresas privadas también estarían en peligro al perder sus ventajas fiscales y de cotización. «Si las empresas pierden los incentivos para la contrataci­ón de trabajador­es con discapacid­ad, siempre tendremos la de perder y se perderán miles de oportunida­des», remarca Torres.

En contra de lo que pretende el Ejecutivo, el Tercer Sector ha reclamado insistente­mente el incremento de las subvencion­es a los CEE para poder compensar los incremento­s del SMI aprobados los últimos cuatro años, que ha provocado una disfunción en sus cuentas que pone en peligro su viabilidad, pero no han tenido respuesta.

Fuentes ministeria­les informaron a este periódico de que el anteproyec­to «todavía está en una fase muy preliminar» y que «se van a tener en cuenta las aportacion­es» que hagan. Eso sí, también advierten de que «tenemos un mandato de la Airef, que reclama que, «con carácter general», los incentivos a la contrataci­ón «tendrían que reducirse», y especificó que los incentivos «a colectivos muy específico­s de baja empleabili­dad» tienen un «efecto positivo limitado» y abogó por reducirlos. «Es lo que se ha tenido en cuenta», insistió el Ministerio, que recordó que está a la espera de recibir el Libro Blanco de la Discapacid­ad para actuar en consecuenc­ia. «Nuestra intención es poner orden en un sistema de bonificaci­ones que hay que mejorar, para que no se pierda dinero público», incidieron las mismas fuentes.

Desde el sector social se recuerda al Gobierno que el ahorro directo por estas bonificaci­ones sumaría 400 millones de euros, «que tendrían que poner».

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JESÚS G. FERIA Yolanda Díaz, vicepresid­enta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social

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