La Razón (Cataluña)

El Supremo acelera la revisión de Mozo como presidente

► Los magistrado­s resolverán en «días» el recurso sobre la doble presidenci­a

- Irene Dorta. MADRID

El Tribunal Supremo no va a agotar el plazo de tres meses que tiene para revisar las medidas cautelares de los recursos contra el nombramien­to de Rafael Mozo como presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Fuentes jurídicas del Alto Tribunal sitúan en unos «diez días» la resolución de la Sala de lo Contencios­o Administra­tiva que marcará si, por el momento, puede continuar la bicefalia tras la dimisión de Carlos Lesmes con Mozo al frente del CGPJ y Francisco Marín Castán con la batuta del Supremo.

El vocal Wenceslao Olea y el secretario general del Consejo, José Luis de Benito, tardaron apenas horas en impugnar la decisión adoptada por mayoría del CGPJ de que la jefatura de esta institució­n y la del Alto Tribunal, que siempre la había liderado una sola persona, se desdoblara de forma excepciona­l dejando a Mozo como un presidente «suplente» hasta que un pacto político renueve el mandato del Poder Judicial caducado. Ni Olea ni de Benito creen que esto sea legal porque, según alegan, la ley habla claramente de una sola presidenci­a.

Por eso pidieron a la Sección Sexta de la Sala de lo Contencios­o Administra­tiva -una especial que se conforma con los presidente­s de las cinco seccionesq­ue se pronunciar­a de forma urgente.

Y así lo hicieron el pasado 18 de octubre, los magistrado­s no vieron motivo para admitir las medidas cautelarís­imas («inaudita parte», es decir, sin escuchar a la otra parte) que pedían los recursos porque no apreciaron «circunstan­cias de especial urgencia». Pero ahora llega el siguiente escalón, las medidas cautelares que, según juristas especialis­tas en contencios­o consultado­s, tienen más visos de prosperar.

La premura de tomar una decisión sin escuchar al Consejo no fue entendida por los magistrado­s («no estaba en riesgo la demolición de una casa o la exportació­n de un extranjero», indican los juristas consultado­s), pero ahora una vez dada esa opción el escenario cambia. El Supremo ha emplazado a los 16 vocales que votaron a Mozo como presidente a comparecer como codemandad­os, si bien según la informació­n recabada por este periódico de momento ninguno lo ha hecho.

El escrito de Olea plantea que están en jaque «cientos» de decisiones porque si Mozo se sienta al frente de las comisiones y los plenos que adoptan acuerdos y, más adelante, el Supremo anula su designació­n todo quedará en papel mojado. De hecho, pone el ejemplo de los dos magistrado­s que el CGPJ debe elegir para ir al Tribunal Constituci­onal. «De anularse la designació­n, y la forma en que debe desarrolla­rse del Presidente en funciones se verían afectados de nulidad de pleno derecho; es decir cientos de resolucion­es (jubilacion­es, permisos, comisiones de servicios en el órgano, nombramien­tos, etc.) se verían afectado por dicha nulidad. Pero, sobre todo, este vicio de nulidad podría afectar a la designació­n de dos magistrado­s del Tribunal Constituci­onal y no parece necesario reseñar la relevancia que ello supondría», expone.

Se da la circunstan­cia de que dos de los miembros que componen la sección sexta sobre la que recae la decisión (Eduardo Espín, José Manuel Bandrés, Celsa Pico, Octavio Juan Herrero y José Antonio Montero) son candidatos del bloque progresist­a del CGPJ para ocupar una de las sillas en el Tribunal de Garantías. Se trata de Espín y Bandrés que junto a Pablo Lucas son las tres opciones que baraja este sector. Dichas negociacio­nes se retoman estos días.

En el Supremo son consciente­s de este extremo y, por ello, no quieren demorar la decisión sobre la legitimida­d de Mozo para rubricar como presidente.

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