El Atlético no respira
► Cae ante el Mallorca con un gol de Muriqi en la primera mitad. Rajkovic evitó en varias ocasiones el empate de Morata
SimeoneSimeone ya no sabe qué decir después de no haber ganado ninguno de los cinco últimos partidos y su equipo no sabe qué hacer en el campo. El Cholo, por momentos, se transforma en Paco Jémez y cambia a un jugador en la primera parte sin que estuviera lesionado. El damnificado fue Nahuel Molina, que se había ganado una tarjeta amarilla por colgarse del cuello de Kang In Lee en el centro del campo para evitar un contraataque.
Simeone trataba de no quedarse con diez demasiado pronto, pero el lateral derecho no era el responsable de que el Atlético no tuviera otra idea que colgar balones al área sin intención de armar un poco la jugada antes.
Tampoco era el lateral argentino el responsable de que el Mallorca se hubiera puesto por delante con un gol de Muriqi. Es insaciable el delantero kosovar, que ha marcado en cinco partidos consecutivos y ya lleva ocho goles este curso.
Dice Simeone que su equipo defiende bien cuando defienden todos como un equipo y a todos les faltó atención después de que Oblak despejara el disparo lejano de Antonio Sánchez sin demasiada firmeza. La pelota quedó suelta y la tocaron Raíllo y Jaume Costa sin que ningún jugador del Atlético impidiera que llegara a Muriqi, que la empujó a gol en el área pequeña.
No estaba concentrado el Atlético
en el partido. Tampoco en ataque, donde no insistió en buscar los espacios que encontraba Morata con sus desmarques. Así llegó la única alegría que encontró el Atlético en un pase profundo de De Paul que el internacional español mandó a portería. Pero estaba en fuera de juego. Le sobraron unos pasos igual que antes le había faltado ambición para rematar después de otro pase en profundidad que lo había dejado solo delante de Rajkovic.
El portero mallorquinista sí encontró la ayuda que le había faltado a Oblak en una jugada parecida a la del gol del Mallorca. Pero cuando despejó el disparo de Morata desde fuera del área, el primero en llegar a la pelota fue uno de sus defensas para evitar el peligro. Los jugadores del Mallorca siempre llegaban antes.
Morata era el peligro para el Mallorca, pero siempre se encontraba con Rajkovic, que volvió aparecer para despejar un balón que se colaba pegado al palo. El Atlético temblaba cada vez que Muriqi o
Kang In Lee agarraban la pelota. El surcoreano amenazaba con su velocidad a una defensa que no parecía estar en el partido. Cada una de sus arrancadas, cada uno de sus pases, eran un problema para el Atlético. Muriqi siempre estaba en el lugar apropiado para hacer daño y no sólo cuando entraba en el área.
Ya sin Kang In Lee en el campo, Muriqi se ocupó también de dar los pases de gol. Pero el remate de Amath, que había sustituido al surcoreano, se encontró con el acierto de Oblak, que no se cansa de salvar a su equipo.
Simeone buscaba soluciones en cualquier sitio. Incluso hizo debutar a Reguilón en el lateral izquierdo, aunque por ese lado el peligro lo llevaba Griezmann con sus centros. El francés era el que alimentaba a Morata con sus pases, pero Rajkovic siempre le negaba el gol. Mejoró el Atlético con Griezmann en el costado. Siempre está en el lugar en el que es más necesario para su equipo.
Pero no es suficiente que Griezmann vea el fútbol como nadie en el Atlético, que Morata no se canse de rematar o que Koke, después de varias semanas de ausencia, reaparezca en la segunda parte. La diferencia entre este Atlético y el de los grandes momentos del Cholo está en la defensa. En la debilidad que muestra donde antes era más fuerte.
Porque en ataque lo intentó casi todo, hasta un remate de chilena de Witsel en el tiempo añadido que Battaglia despejó de cabeza. El Atlético se marcha al Mundial fuera de los puestos de Liga de Campeones. No es extraño que el Cholo se quede sin palabras.