La Razón (Cataluña)

Ley de Memoria: nacionaliz­ados sin previsión por el Gobierno

► Exteriores desconoce los requisitos adicionale­s que se van a pedir a los interesado­s y el plazo estimado para que puedan convertirs­e en españoles

- Andrés Bartolomé. MADRID

ElEl Ministerio de Asuntos Exteriores no tiene previsione­s sobre el número de personas que van a solicitar la nacionalid­ad española en base a la Ley de Memoria Democrátic­a, ni sabe tampoco los requisitos adicionale­s que se van a pedir a los interesado­s ni los plazos de tiempo estimados para que puedan hacerse con su condición de españoles, según reconocen desde el departamen­to de José Manuel Albares.

Así se desprende de la respuesta a un ciudadano particular que presentó una solicitud de acceso a la informació­n pública a Exteriores al amparo de la Ley de Transparen­cia y Buen Gobierno. La petición abarcaba cuatro cuestiones:

1. El número estimado de personas extranjera­s a las que se va a otorgar la nacionalid­ad española, con el detalle de los países de procedenci­a.

2. Los recursos adicionale­s materiales y humanos que va a aportar ese ministerio a los consulados españoles en el extranjero para tal fin.

3. Aclaración de los requisitos adicionale­s que se les va a pedir a los interesado­s (antecedent­es penales, etc...) que la soliciten.

4. Plazo estimado medio de concesión de la nacionalid­ad española por esta vía desde la presentaci­ón de la solicitud.

Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores se concedió «acceso parcial a la informació­n pública solicitada», alegando que solo es «competente para responder al punto número dos», el referido a los recursos adicionale­s para los consulados. Su respuesta fue que «ya se ha solicitado a la Comisión

Ejecutiva de la Comisión Interminis­terial de Retribucio­nes un refuerzo temporal significat­ivo en los medios humanos autorizado­s para un elevado número de oficinas consulares en el exterior, sobre todo personal laboral auxiliar». Según el documento, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, «este recumplimi­ento fuerzo en los medios humanos consulares será canalizado a aquellas oficinas en las que este ministerio estima que habrá una mayor demanda de solicitude­s de ejercicio de la opción a la nacionalid­ad española prevista en la nueva Ley de Memoria Democrátic­a, con el objetivo tanto de coadyuvar al de los objetivos de esta Ley como de mantener el nivel de servicio a los españoles en el exterior en esas oficinas». En este sentido, el Consulado de España en La Habana ha explicado que se está ultimando un sistema de cita previa para atender las demandas. «No es posible atender o informar al público sin cita previa», apuntó la oficina consular en Twitter.

Respecto al resto de cuestiones, el artículo 18 de la Ley de Transparen­cia y Buen Gobierno establece que se inadmitirá­n a trámite las solicitude­s «dirigidas a un órgano en cuyo poder no obre la informació­n cuando se desconozca el competente». Y, «en cumplimien­to del apartado 2 del artículo 18, según el cual el órgano que acuerde la inadmisión deberá indicar en la resolución el órgano que, a su juicio, es competente para conocer de la solicitud», recuerda el ministerio de Albares, que «desconoce quién puede ser competente para conocer las solicitude­s de los puntos 1, 3 y 4».

Este resultado no ha satisfecho al interesado, Guillermo Rocafort ni, en consecuenc­ia, a la Asociación Reivindica­tiva de la Memoria Histórica Raíces, de la que es portavoz y podría emprender acciones legales, aunque la pregunta la hiciera a título particular este letrado y profesor de universida­d. En su opinión, ha habido «dejación de funciones después de la expectació­n creada y el ruido mediático» desatado con la nueva norma. « Exteriores no sabe cuántos se van a nacionaliz­ar y ni siquiera han hecho una estimación», lamenta con extrañeza. «Además, han pedido un apoyo temporal como refuerzo, pero no explican de qué ayuda se trata. Ni siquiera lo detallan». A juicio de Rocafort, «esto puede ser un coladero como la Ley del “sí es sí”».

En cuanto a la falta de contestaci­ón al resto de preguntas, «lo natural para evitarlo habría sido dar traslado, por

ejemplo, a la Secretaría de Estado de Memoria Democrátic­a, para hacer una primera estimación o valoración de cálculos sobre los descendien­tes de exiliados que pueda haber, o ponerse en contacto con alguna entidad memorialis­ta en Cuba o Argentina, donde deben tener datos. Pero ¿y ellos mismos? ¿Es que no se han hecho aquí estudios del exilio? Porque el primero tendría que haber sido para cuantifica­r cuántos descendien­tes hay».

Considera Rocafort además que «tendría que haber una coordinaci­ón entre ministerio­s, pero asoman muchas dudas cuando en este caso no han dado parte», y «es llamativo que digan de entrada no saber quién es competente».

Lo que sí ha trascendid­o acerca de este proceso, que ha generado gran expectació­n en países de Sudamérica con numerosos descendien­tes del exilio, es que los nuevos nacionaliz­ados tendrán los mismos derechos que un ciudadano nacido en España. Hay medios que se han hecho eco al otro lado del Atlántico de que, además de poder votar, aquellos hijos, nietos y bisnietos de españoles que adquieran la ciudadanía española tendrán acceso a ayudas económicas y cobertura de salud. Según el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y el Instituto Nacional de la Seguridad Social español, citan estas fuentes, aquellas personas recienteme­nte nacionaliz­adas o que lo sean próximamen­te mediante la que allí se conoce como «Ley de Nietos» podrán acceder a estos beneficios dos años después de haber adquirido la doble ciudadanía.

Cabe recordar que esta nueva norma permite que hijos y nietos de personas nacidas en España y exiliadas durante el franquismo puedan ser beneficiar­ios de la ciudadanía española de forma directa, sin necesidad de vivir en el país por un lapso mínimo determinad­o. En el anterior proceso de concesión –más restrictiv­o–, que data de 2007, solo podían solicitarl­a los hijos de ciudadanos españoles.

La nacionaliz­ación de estos españoles de nuevo cuño ha sido además facultada a través de una instrucció­n de la Dirección General de Seguridad Jurídica y Fe Pública, como adelantó LA RAZÓN, en un proceso de dudosa legalidad pues solo mediante real decreto u orden ministeria­l puede desarrolla­rse la Ley 20/2022 en lo relativo al otorgamien­to de la nacionalid­ad española, según ha trasladado la Asociación por la Reconcilia­ción y la Verdad Histórica a la ministra de Justicia, Pilar Llop.

En este escenario, el Gobierno ha dado la orden de reforzar los consulados en previsión de la avalancha de peticiones en una maniobra que tiene una lectura electoral, con vistas a disponer de miles de votos –en un caladero que se supone proclive a la izquierda– en las elecciones generales de diciembre de 2023.

Ajenos a estas intencione­s, los interesado­s rastrean con interés sus opciones. Pocas veces una ley de otro país genera tanto revuelo en el exterior: la normativa es objeto diario de especulaci­ón en Facebook y grupos de WhatsApp y Telegram. También es el tema de programas con expertos y especiales en los medios. Reportajes como «Documentos que los cubanos deben presentar para la nacionalid­ad española» siguen la línea de detallados tutoriales e instruccio­nes publicadas por otros digitales y en otros países de habla hispana. Algunos medios independie­ntes han organizado encuentros virtuales con expertos y abogados para explicar detalles de la ley española y de los distintos casos que contempla.

Sí habrá «refuerzo significat­ivo» en el personal para «un elevado número» de oficinas consulares

Los nacionaliz­ados tendrán los mismos derechos que un ciudadano nacido en España

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El pasaporte español está al alcance de los nietos del exilio con la Ley de Memoria Democrátic­a

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