El destino de la iglesia alemana
LosLos 62 obispos alemanes han cumplido esta semana su quinquenal visita «ad limina», es decir, al Papa y a la Curia Romana. Pero lo han hecho con unformatoexcepcional,puesto que mantuvieron con Francisco el jueves una reunión de dos horas y el viernes otra que duró cuatro horas con algunos de los más importantes Prefectos de los Dicasterios vaticanos.
Otro hecho extraordinario es que de este último encuentro se hiciera público un comunicado conjunto de la Santa Sede y de la Conferencia Episcopal Alemana. El cardenal Parolín, que presidió el encuentro, no dejó de aludir «a las preocupaciones que el Camino sinodal suscita, indicando el riesgo de “reformas de la Iglesia y no en la Iglesia”».
Por su parte, los cardenales Ladaria y Ouellet, prefectos respectivamente de los Dicasterios para la Doctrina de la Fe y los Obispos, expusieron «las preocupaciones y reservas relativas a la metodología, a los contenidos y a las propuestas del Camino Sinodal». Durante el coloquio también se señaló la «indisponibilidad de algunos temas», o lo que es lo mismo, de cuestiones no negociables.
Para aclarar el sentido de este comunicado, el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Bätzing, y la secretaria de dicho organismo, Beata Gilles, mantuvieron el sábado una rueda de prensa en la que confirmaron que aunque se había tratado la posibilidad de suspender el sínodo alemán esta hipótesisfuedescartada.Elprelado aseguró que la iglesia alemana no quiere recorrer un camino diferente al de la Iglesia universal y no tomará ninguna decisión que no pueda ser aceptada por esta. En otras palabras, descartó del modo más absoluto la posibilidad de un cisma, pero insistió en la necesidad de intensificar el diálogo para responder a la «impaciencia» de sus fieles.