Las parejas imposibles del Museo Marès, a escena
► Se exhibe por primera vez la colección Bassat con sorprendentes combinaciones
Una treintena de esculturas de la colección Bassat, entre ellas piezas de Miró, Henry Moore, Pablo Gargallo, Julio González o Eduardo Chillida, dialogan en el Museo Frederic Marès con esculturas medievales, renacentistas, barrocas y del siglo XIX en la exposición «Confluencias».
Esta muestra, que estará abierta al público hasta el 21 de mayo del próximo año, de 2023, pone de manifiesto «la pasión común por el coleccionismo» de Marès y Bassat mediante un diálogo entre esculturas de ambas colecciones generando una serie de «confluencias», desgranó esta semana antes de la inauguración el director del museo, Salvador García Arnillas.
Es «una invitación a admirar ese diálogo que se produce a través de una treintena de esculturas de la colección reunida por Carmen y Lluís Bassat, una de las más completas de Cataluña en su ámbito», abundó el comisario de la exposición, Ricard Mas.
Se trata de «obras de dimensiones abarcables», la mayoría creadas a lo largo del siglo XX por artistas como Joan Miró, Henry Moore, Pablo Gargallo, Julio González, Eduardo Chillida, Josep Maria Subirachs, Manolo Valdés, Joan Brossa o Aurèlia Muñoz, y también por escultores activos en este inicio del siglo XXI.
La intervención proporciona, según Mas, «nuevas lecturas del Museo» y a la vez permite revisitar los casi mil años que alcanza el fondo de esculturas reunidas por Frederic Marès, también destacado escultor y «coleccionista de colecciones».
Aunque se trata de obras que están en diálogo, el comisario advierte de que eso no quiere decir que siempre estén de acuerdo: «A veces hay una simple convivencia, otros, un contraste; también hay correspondencias, intrusiones»
La idea es que cada espectador pueda hacer su interpretación y por eso puede ser interesante hacer la visita con niños, a veces más imaginativos que los adultos.
Cada obra de arte ha sido creada en un determinado contexto cultural, religioso, social, económico, y siempre con un propósito concreto, y la exposición propone un reto lúdico al público: «Entender sus circunstancias y detectar las confluencias».
Las concordancias son claras en «parejas» como las que forman un grupo de dos figuras femeninas del siglo II y «Reclining woman I» de Henry Moore, o «San Juan Evangelista», de Juan de Montejo (1600), cuyos ropajes podrían evocar los «Óvalos blancos» de Aurèlia Muñoz. También se encuentra una talla de la Inmaculada Concepción de inicios del siglo XVIII de Antoine Dupar con «Constellation silencieuse» [Constelación silenciosa], de Joan Miró del año 1970.
Los paralelismos también son fáciles de establecer en los duetos formados por una figura femenina policromada del Taller de Alejo de Vahía, de finales del siglo XV y el bronce «Tête double tête» de Julio González; o entre el busto relicario de una santa del primer cuarto de siglo XVI y la «Dama de las avispas» de Gerard Mas.
Menos evidentes resultan en el diálogo entre la «Virgen de los Dolores» de Sebastián Ducete y Esteban de Rueda con «Lotura XIV» de Chillida, que, según Mas, podría remitir a la forma de las manos de la virgen; o entre un «Políptico de la vida de Santa Clara» (hacia 1500) y «La reina Mariana II», de Manolo Valdés.
Una oportunidad para ver de cerca la colección que ha reunido desde 1973 el matrimonio Bassat –el publicista Lluís Bassat y su mujer Carmen– al ser la primera vez que se expone en Barcelona. Habitualmente se puede en la Nave Gaudí de Mataró y ha viajado en distintas muestras itinerantes para recalar, ahora, en el centro de la capital catalana de la mano del Museo Frederic Marès.
Son obras abarcables de artistas como Miró, Henry Moore, Eduardo Chillida o Manolo Valdés