Qataríes de todos los confines
► Más de un tercio de los futbolistas convocados por la selección anfitriona carecen de lazo alguno con el país. De nuevo, FIFA ha hecho la vista gorda
SegúnSegún el último censo, el 79,66 por ciento de los 2.930.524 habitantes de Qatar son extranjeros, un aproximado ocho-de-cada-diez que reduce la población autóctona a unas 600.000 personas, menos de las que viven en la provincia de Jaén. Con semejante escasez de recursos humanos, comprenderán que les resulte complicado existir en el panorama deportivo internacional y por eso se han embarcado en una desvergonzada política de nacionalizaciones. Diez de los veintiséis convocados por Félix Sánchez para disputar el Mundial que acogen nacieron –se formaron, que es más importante, y carecen de lazos familiares en el país– fuera del emirato, lo que contradice el carácter ¿nacional? de la selección anfitriona.
Conviene, no obstante, valorar en su justa medida el esfuerzo de las autoridades qataríes por corregir estas cifras escandalosas. Los diez legionarios de Sánchez suponen el 38,5% de la plantilla, un progreso evidente comparado el catorce de diecisiete (82,3%) nacionalizados en el elenco que, a las órdenes de otro español, Valero Rivera, se proclamaron subcampeones del mundo de balonmano en 2015, también ejerciendo como locales. En su historia olímpica, Qatar ha tenido siete medallistas, cinco de los cuales competían bajo bandera de conveniencia. El emblema del deporte qatarí, sin embargo, es el saltador de altura Mutaz Essa Barshim, oro en Tokio y plata en Londres y Río que, aunque de ancestros sudaneses, nació en Doha.
Contrasta la globalización desacomplejada de la selección anfitriona con el indigenismo de su primer rival, Ecuador, que nacionalizó en el año 2019 a su portero, el argentino Hernán Galíndez, pero solo ha convocado a otro futbolista nacido fuera, Jeremy Sarmiento, «madrileño» hijo de la inmigración que representó en categorías inferiores a... Inglaterra. La Federación Ecuatoriana de Fútbol instó a su seleccionador a que dejase en casa al lateral derecho del Club León de Guanajuato Byron Castillo, un chico que a los 16 años ya jugó el Sudamericano cadete con la «Tri», porque existen dudas sobre la autenticidad de su partida de nacimiento y podría haber visto la luz en Colombia. ¡Caramba con el criterio de FIFA! Manga ancha para las nacionalizaciones masivas de los acaudalados jeques del Golfo Pérsico y rigorismo total con los pobres andinos.
Para solaz de malpensados, el partido inaugural de esta tarde lo arbitrará Daniele Orsato, un italiano que tendrá la ocasión de vengarse del atraco que hace veinte años perpetró contra la Squadra Azzurra el ecuatoriano Byron Moreno, que propulsó a los cuartos de final a Corea del Sur en su propio Mundial. ¿Cómo se dirá en árabe «así se las ponían a Felipe II»?
Las dudas en su partida de nacimiento propiciaron el descarte de Byron Castillo