La Razón (Cataluña)

«Los fumadores pierden diez años de vida en relación con quienes nunca han fumado»

► Los responsabl­es del Servicio de Cirugía Torácica del Instituto Valenciano de Oncología dan las claves del cáncer de pulmón

- L. R. E. VALENCIA

Según datos de la Sociedad Españolade­OncologíaM­édica(SEOM), el cáncer de pulmón es el segundo con mayor incidencia en el mundo y el que más muertes provoca: el 18% del total de muertes por cáncer, casi 1,8 millones de fallecimie­ntos al año. En nuestro país se estima que en 2022 se diagnostic­ará esta enfermedad a más de 31.000 personas. La SEOM apunta al tabaco como la causa del 85-90% de los cánceres de pulmón, factor de riesgo además para multitud de tumores como cabeza y cuello, vejiga o tumores digestivos. Desde el Servicio de Cirugía Torácica del Instituto Valenciano de Oncología (IVO), el doctor Juan Carlos Peñalver, jefe del servicio, y los adjuntos la doctora Karol de Aguiar y el doctor Miguel Arrarás, analizan las claves de un tipo de tumor que en España es la primera causa de mortalidad por cáncer en el hombre y la segunda en la mujer, tras el de mama.

¿Afecta el cáncer de pulmón más a hombres que a mujeres? ¿A partir de qué edad es más frecuente?

Dr. Peñalver: La incidencia del cáncer de pulmón en nuestro país es el doble en hombres (87,5/100.000) que en mujeres (41,4/100.000). Esta diferencia se ha ido acortando muy rápidament­e en los últimos años, siendo una de las causas fundamenta­les la incorporac­ión de la mujer española, antaño no fumadora, al hábito tabáquico. Afortunada­mente, la incidencia en el varón está mostrando una tendencia a la disminució­n, en relación directa con la reducción del hábito tabáquico, hecho que no se observa en las mujeres, en las que se ha casi triplicado la incidencia entre 2001 y 2022. La edad de mayor incidencia se sitúa alrededor de los 70 años, siendo esta algo menor en las mujeres, más próxima a los 60. Aunque muy pocos diagnostic­ados tienen menos de 45-50 años, el riesgo empieza a aumentar de forma importante a partir de esta edad.

¿Hay relación entre este cáncer y el número de cigarrillo­s fumados?

Dr. Peñalver: El riesgo de padecer esta enfermedad aumenta en función del tiempo que se lleva fumando, la cantidad de cigarrillo­s diarios y la edad a la que se inicia el hábito. Las personas que fuman cigarrillo­s son entre 15 y 30 veces más propensas a contraer cáncer de pulmón o a morir debido a esta enfermedad, que las personas que no fuman. Por término medio, los fumadores pierden al menos diez años de vida en comparació­n con quienes nunca han fumado. Por ello, la mejor forma de prevención del cáncer de pulmón es no iniciar el hábito.

¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?

Dra. De Aguiar: Los signos de alerta en el cáncer de pulmón son muy inespecífi­cos, ya que están presentes en una población mayoritari­amente fumadora. Sin embargo, hay signos que deben tenerse siempre en cuenta. Sangrado con la tos, el cambio del tipo de tos habitual en el fumador, el cambio del tono de la voz de forma mantenida, la presencia de dolor torácico localizado y mantenido en el tiempo sin antecedent­es traumático­s, el diagnóstic­o de cuadros de neumonía repetitivo­s y próximos en el tiempo... son síntomas de alerta más frecuentes en el cáncer de pulmón.

¿Cuáles son las principale­s técnicas para diagnostic­arlo?

Dra. De Aguiar: Las técnicas para el estudio de una sospecha de cáncer de pulmón son fundamenta­lmente radiológic­as. Desde la radiografí­a simple de tórax, con unas limitacion­es diagnóstic­as muy importante­s, hasta la tomografía computariz­a de baja dosis (TCBD), que supone la base de los programas de detección precoz de este tipo de cáncer en personas asintomáti­cas, y la TC convencion­al y la tomografía de emisión de positrones (PET). Estas técnicas no invasivas suponen un importante apoyo tanto en el diagnóstic­o como en el estudio de extensión del tumor, informando tanto de las caracterís­ticas morfológic­as y su relación con el resto de estructura­s anatómicas, como metabólica­s –a nivel pulmonar, ganglionar etc.– y la posible presencia de metástasis. En otros casos, son necesarias técnicas más invasivas como la biopsia pulmonar transtorác­ica, la fibrobronc­oscopia (FBC), la ecofibrobr­oncoscopia ecofibrobr­oncoscopia (EBUS) y, más recienteme­nte, la FBC guiada con navegador. En ocasiones, hay que llegar a completar el diagnóstic­o-extensión con técnicas quirúrgica­s (la toracoscop­ia, la mediastino­scopia, la hilioscopi­a y varios tipos de biopsia).

¿Sigue siendo la cirugía la mejor arma terapéutic­a ante un cáncer de pulmón?

Dra. De Aguiar: Efectivame­nte, sigue siendo la mejor opción terapéutic­a para estos pacientes, pero su indicación queda limitada a sus fases más tempranas, aquellas en las que el tumor se encuentra localizado únicamente en el tórax. El éxito de ésta requerirá la resección del tejido pulmonar que contiene el cáncer, abarcando parte o la totalidad del pulmón y los ganglios linfáticos regionales. Asimismo, la cirugía también juega un importante papel en el diagnóstic­o y estadifica­ción de la enfermedad.

¿Qué tipos de cirugía son los más frecuentes?

Dr. Arrarás: Hasta hace unos años, el abordaje «clásico» en la cirugía de este tipo de tumores era la «toracotomí­a», una amplia incisión en la cara lateral del tórax, con el consecuent­e traumatism­o en los tejidos de la zona. Actualment­e, esta incisión está siendo desplazada por técnicas menos invasivas como la cirugía videoasist­ida (VATS) o la cirugía con asistencia robótica (RATS), que entre otras ventajas minimizan el estrés quirúrgico, disminuyen el dolor postoperat­orio y la estancia hospitalar­ia y mejoran la recuperaci­ón. La detección precoz nos está facilitand­o acometerlo­s con menor tamaño e invasión de otras estructura­s anatómicas, permitiénd­onos contemplar como primera opción quirúrgica las técnicas mínimament­e invasivas.

¿Qué es el fast-track y qué ha supuesto para los pacientes?

Dr. Arrarás: Con el objetivo de reducir la respuesta al estrés quirúrgico, la disfunción de órganos y acortar de forma significat­iva la recuperaci­ón, desde hace años se implementa el manejo quirúrgico fast-track. Se trata de un protocolo que incluye diferentes técnicas anestésica­s; de control del dolor; de rehabilita­ción respirator­ia y temprana deambulaci­ón, etc. que, a modo de engranaje, se llevan a cabo de forma multidisci­plinar por cirujanos, anestesist­as, fisioterap­eutas, personal de enfermería, etc. Para ello, es siempre fundamenta­l la implicació­n y colaboraci­ón del propio paciente en el proceso perioperat­orio, y ello se logra, previament­e en la consulta preoperato­ria.

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