Ponme una copa de vino, por favor
AntiguamenteenFranciaAntiguamenteenFrancia eratradiciónofreceruna copa de vino al cartero como agradecimiento a su labor, siendo dicha tradición la causante de que los trabajadores terminasen su jornada de la misma manera que una noche de fiesta.
Comodetodoseaprende,actualmentepodemosafirmarqueelconsumo de vino, cuando no se hace de manera moderada, es de todo menos bueno. Entonces, ¿es cierto que unacopaaldíanosayudaaprevenir lasenfermedadescardiovasculares? La respuesta es, como siempre, complicada. El vino posee beneficios para la salud siempre y cuando su consumo vaya asociado a un correctoestilodevida.Suelevadocontenido en antioxidantes, como son los polifenoles (en especial el resveratrol) tiene como consecuencia el aumento del nivel de colesterol
HDL(el«bueno»)yprevienesuacumulación en los vasos sanguíneos.
Pero,¿sontodoslosvinosiguales? Existen tantos vinos como tipos de uvas, y cada uno posee diferentes concentraciones de antioxidantes y diferentes métodos de producción que conllevan cambios en sus propiedades. Siempre se ha pensado que el tinto contiene más antioxidantes que el blanco ya que es en la pieldelauvatintadondeseencuentralamayorconcentracióndeestos, pero se ha podido ver en diferentes estudios que los antioxidantes del vino blanco resultan más eficaces a la hora de producir determinados beneficios en nuestra salud. El vino también aporta otros beneficios como el mantenimiento del equilibrio de la flora bacteriana, aunque notodosonbuenasnoticias:suconsumo puede ir asociado a un aumentodepeso,hipertensiónarterial y problemas digestivos. ¿Existe una cantidad diaria recomendable? No, por lo que su consumo debería ser moderado y excepcional, siempre que no haya una patología de base y se trate de un placer puntual.