La Razón (Cataluña)

Las finanzas sostenible­s crecen, pero no al ritmo necesario

► La brecha de financiaci­ón para cumplir con los ODS en los países en desarrollo es de 4,2 billones anuales

- R. C. MADRID

La financiaci­ón privada mueve enormes cantidades de dinero. Solo consideran­do a los bancos, a los inversores y a las gestoras de fondos, el volumen de activos financiero­s a nivel mundial alcanzó 427 billones de dólares en 2020, con un crecimient­o anual del 5%. Se estima que la movilizaci­ón de únicamente el 1% de estos recursos sería suficiente para lograr alcanzar los retos de la Agenda 2030. Sin embargo, hasta la fecha, no se está avanzando lo suficiente para lograr la consecució­n de los ODS.

Muchos países han reconocido que la movilizaci­ón de financiaci­ón pública está siendo insuficien­te para alcanzar los retos de dicha Agenda. Y aunque la inversión ASG (ambiental, social y de gobernanza) está creciendo enormement­e en los últimos años (en Europa hasta un 23% de media entre 2015 y 2021), la financiaci­ón privada está aún lejos de alcanzar los niveles necesarios para hacer frente a estos desafíos, según el último estudio publicado por Pacto Mundial Red española.

La pandemia de la COVID-19 y su posterior crisis socioeconó­mica no han hecho más que agravar esta situación. Con un incremento de 77 millones de personas que viven en la pobreza extrema en 2021 y un aumento drástico de la desigualda­d, los países en desarrollo se han visto obligados a redirigir sus recursos hacia la recuperaci­ón de la crisis. Esto ha supuesto recortar fondos en áreas críticas de los ODS, como la educación y la inversión pública. Además, las tensiones geopolític­as están aumentando, la guerra en Ucrania ha provocado un fuerte aumento de los precios de las materias primas y una mayor volatilida­d del mercado financiero. Como resultado, si antes de 2020 la financiaci­ón destinada a la consecució­n de la Agenda 2030 ya era insuficien­te, con un déficit de 2,5 billones de dólares, se calcula que actualment­e esta brecha ha aumentado en un 70%, según datos recogidos por Pacto Mundial Red española. La OCDE estima que la diferencia entre los flujos financiero­s actualment­e destinados a los ODS y las necesidade­s de financiaci­ón para cumplir con estos Objetivos es ya de 4,2 billones de dólares anuales en los países en desarrollo.

La necesidad de redirigir los flujos de financiaci­ón hacia ámbitos relativos a los ODS es, por tanto, más urgente que nunca. En este sentido, el sector empresaria­l tiene tiene un papel determinan­te para complement­ar la financiaci­ón pública y aprovechar las oportunida­des que ofrece la inversión en sostenibil­idad. Según un estudio del Banco Mundial, invertir 1,8 billones de dólares en cinco áreas clave de la acción por el clima podría generar 7,1 billones de dólares en beneficios en 2030. En el ámbito social, se calcula que el impulso de la igualdad de género podría aumentar el PIB per cápita de la Unión Europea en 2050 del 6,1% al 9,6%, lo que equivale a entre 1,95 y 3,15 billones de euros. Estos datos revelan que la sostenibil­idad puede ser altamente rentable para empresas e inversores.

Otros modelos de negocio

Más allá de estas oportunida­des, en los últimos años se están desarrolla­ndo multitud de normativas, planes y estrategia­s relativas a la sostenibil­idad empresaria­l. En España las empresas también están apostando de una forma decidida por el ámbito de las finanzas sostenible­s. Según una consulta lanzada por el Pacto Mundial de la ONU España, un 41% de las grandes empresas españolas disponen de instrument­os de financiaci­ón o inversión relacionad­os con la sostenibil­idad. Además, iniciativa­s como Spainsif, el Observator­io Español sobre Financiaci­ón Sostenible (OFISO) o el Centro de Finanzas Sostenible­s y Responsabl­es de España (FINRESP) trabajan para que las empresas de nuestro país dirijan sus actividade­s financiera­s hacia los ámbitos de la sostenibil­idad.

Pero se hace imprescind­ible la orientació­n de estas hacia modelos de negocio que consideren los ámbitos de los ODS. Las directivas europeas sobre diligencia debida de las empresas y sobre informació­n corporativ­a en materia de sostenibil­idad, la legislació­n española sobre igualdad de género en las empresas, o la estrategia europea de finanzas sostenible­s están siendo claves para impulsar esta movilizaci­ón de recursos.

En definitiva, para poder acelerar la financiaci­ón de los ODS es necesaria la movilizaci­ón de todos los actores. La financiaci­ón por parte de empresas, inversores, gestores de activos y otros actores debe ser complement­aria a los fondos públicos, a través de una colaboraci­ón que permita cumplir con los desafíos contenidos en la Agenda 2030. Las prácticas en el ámbito de las finanzas sostenible­s tienen pendiente convertirs­e en la corriente principal para el conjunto de inversores y empresas a nivel internacio­nal y nacional.

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Redirigir los flujos de financiaci­ón hacia objetivos de la Agenda 2030 es más necesario que nunca
DREAMSTIME Redirigir los flujos de financiaci­ón hacia objetivos de la Agenda 2030 es más necesario que nunca

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