La Razón (Cataluña)

La presidenci­a del Poder Judicial seguirá dividida

► Olea retira el recurso y Mozo se mantiene en la jefatura del CGPJ

- Irene Dorta, MADRID

A primera hora de la mañana el Tribunal Supremo decidía que no había motivos para paralizar la presidenci­a del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de Rafael Mozo y horas después el que había solicitado apartarlo, el vocal Wenceslao Olea, retiraba su recurso. El Alto Tribunal solo resolvió ayer la medida cautelar, es decir, todavía le faltaba entrar en el fondo de la disyuntiva: decidir si puede haber una bicefalia en el Poder Judicial con Mozo en el CGPJ y el magistrado Francisco Marín Castán en el Supremo. Pero con el paso atrás de Olea el recurso pierde fuerza aunque, en principio, continúa adelante el secretario del Consejo José Luis de Benito que también había recurrido.

Todo comenzó con la renuncia del presidente Carlos Lesmes a principio de octubre para intentar forzar a los políticos a pactar la renovación del CGPJ. Ahora ya se sabe que su renuncia fue en vano porque el PP y el PSOE han volado todos los puentes sobre esta cuestión. Lesmes había dejado atada su sucesión con un informe del gabinete técnico en el que se decía que de forma «automática» su sustituto sería Marín Castán por ser a quien naturalmen­te le tocaba liderar el Supremo. Y como el liderazgo de ese órgano es, en teoría, indivisibl­e del del CGPJ, el magistrado se haría con la jefatura de ambos.

Una mayoría de vocales del Consejo no estuvo de acuerdo en que les gobernara alguien que no estaba dentro así que acuñaron la «presidenci­a suplente» y eligieron al más antiguo: Mozo. Ni Olea ni Benito estuvieron de acuerdo e impugnaron la decisión al único órgano que podía revisarlo: la Sala de lo Contencios­o Administra­tivo del Tribunal Supremo.

En concreto la sección sexta revisó ayer si debía paralizar la jefatura de Mozo y, por unanimidad, se decidió que no. Se trató de la resolución de una medida cautelar, pero fuentes jurídicas explican que esto es, normalment­e, la antesala de lo que los magistrado­s dirían en una revisión más profunda. El sentido del fallo de las cautelares suele anticipar el sentido de la sentencia final. La misma sección había analizado hace unas semanas las medidas cautelarís­imas (de mucha urgencia). Pero estas se hacen sin oír a la otra parte, se resuelven en tres días y sí que pueden tener diferencia­s con las cautelares. Una vez las medidas previas se han rechazado, Olea ha perdido la esperanza y ha dado un paso atrás. Que el Supremo entre en el fondo de la cuestión puede tardar meses.

Previament­e, los magistrado­s habían analizado si uno de ellos debía apartarse de la decisión. José Manuel Bandrés había solicitado quedarse al margen ya que es uno de los candidatos favoritos para ser designados al Tribunal Constituci­onal (TC) y este nombramien­to correspond­e precisamen­te al CGPJ. Podía tratarse de un conflicto de intereses. Sin embargo, sus compañeros rechazaron este extremos a excepción de la magistrada Celsa Pico que ha emitido un voto particular al creer que, efectivame­nte, Bandrés debería haberse quedado fuera de la sala de deliberaci­ón.

Por el momento y si nada cambia Mozo puede quedarse al frente del CGPJ y, por tanto, firmar todos aquellos acuerdos de aquí en adelante. Algo que preocupaba mucho a los vocales porque en juego hay muchas resolucion­es y, sobre todo, las negociacio­nes al Constituci­onal que el Gobierno lleva esperando desde el pasado mes de septiembre para poder renovar ese órgano.

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